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Gallardón llega a un hotel de Madrid para asisitir ayer a un desayuno informativo.
Gallardón deja en el aire su dimisión por la retirada de la reforma del aborto

Gallardón deja en el aire su dimisión por la retirada de la reforma del aborto

El ministro de Justicia dice que su prioridad actual son los recursos ante el Constitucional contra la ley de consultas y el referéndum de Cataluña

R. GORRIARÁN

Miércoles, 17 de septiembre 2014, 00:37

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Alberto Ruiz-Gallardón decidirá la próxima semana si dimite tras la congelación de su reforma de la ley del aborto. El ministro de Justicia explicó que su prioridad actual es la redacción de los recursos contra la ley de consultas y el referéndum de Cataluña. El aparcamiento de la norma se ha convertido en uno de los grandes quebraderos de cabeza del Gobierno de Mariano Rajoy, enfrentado ahora a todas las organizaciones antiabortistas, que amenazan con una campaña para pedir que no se vote al PP.

La reforma de la ley del aborto tampoco figurará en el índice del Consejo de Ministros de este viernes y, en consecuencia, no se aprobará antes de que concluya el verano este domingo. Una fecha en la que Gallardón había contraído el compromiso público de que su texto tendría la luz verde del Ejecutivo. No está previsto además que vuelva a corto plazo a la mesa gubernamental, y menos a medio plazo en puertas de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. La dirección y los expertos electorales del PP culpan en parte de sus malos resultados en los comicios europeos a la muy conservadora reforma de la ley del aborto planteada por el ministro de Justicia.

Gallardón evitó decir si la reforma está guardada en el cajón de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, como sostienen algunas fuentes de la Moncloa, y adelantó que dirá todo lo que tenga que decir «la próxima semana». Ahora, explicó, está centrado en la interposición de «uno o más recursos ante el Constitucional» contra la ley de consultas de Cataluña, que se aprobará el viernes, y la firma de Artur Mas de la convocatoria del referéndum.

Pero la dimisión del ministro ya se ha instalado en los círculos gubernamentales. «Sería una decisión personal que respetaría», comentó el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, desde Bilbao. Si renunciara «sería una pérdida», estimó la diputada Celia Villalobos, la única que ha mostrado en público su desacuerdo con la reforma.

Silencio

En el Gobierno reina el silencio. «No hay ninguna novedad», apuntó el lunes Sáenz de Santamaría; el titular de Industria, Juan Manuel Soria, dijo que no tenía «ninguna noticia»; y el de Exteriores, José Manuel García-Margallo, remitió a su compañero de Justicia la respuesta. En el PP, parecido. Su secretaria general, Dolores de Cospedal, no ofreció la habitual conferencia de prensa de los lunes para soslayar el asunto. Tampoco habló su sustituto, Carlos Floriano, y el portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso, señaló que «no hay novedad».

Las organizaciones antiabortistas, sin embargo, tienen más que la mosca detrás de la oreja y están persuadidas que Mariano Rajoy va a dejar morir la reforma. El presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, promotor de las últimas manifestaciones contra el aborto, dio un ultimátum: «Si el 30 de septiembre no está enviado a las Cortes el proyecto (de Gallardón) entiendo que no quieren aprobarlo. El Foro hará una campaña pidiendo que no se vote a un partido que deja tirada una promesa de este calibre».

La portavoz de la plataforma Derecho a Vivir, Gádor Joya, tachó de «alta traición» la renuncia a la reforma y advirtió al PP que «le va a costar el voto en las urnas». Hasta el portavoz de los obispos, José María Gil Tamayo, recordó al presidente del Gobierno que «los compromisos electorales están para cumplirlos».

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