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Susana Díaz, durante el acto por su primer año en el gobierno andaluz.
El PSOE andaluz monta un acto de exaltación a Susana Díaz por su primer año de gobierno «Los indecentes, fuera de la familia»

El PSOE andaluz monta un acto de exaltación a Susana Díaz por su primer año de gobierno «Los indecentes, fuera de la familia»

La presidenta andaluza apuntala su papel de referente socialista con un discurso en clave nacional y sin mencionar a Pedro Sánchez

CECILIA CUERDO

Lunes, 15 de septiembre 2014, 01:07

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Los socialistas andaluces convirtieron ayer un sorprendente e inhabitual mitin de celebración del primer año de Susana Díaz en el Gobierno -nunca antes habían conmemorado el primer aniversario de la llegada de uno de los suyos a la Junta- en un auténtico acto de exaltación de su jefa de filas. Díaz entró al recinto llevada en volandas por una militancia enfervorecida y unos dirigentes provinciales que no escatimaron elogios, se dejó querer y respondió con un discurso triunfal -«vamos a ganar nos echen lo que nos echen, nos pongan lo que nos pongan delante», dijo- pero en el que tampoco faltaron mensajes en clave nacional.

La presidenta andaluza, que no renuncia a ejercer como referente prioritario del primer partido de la oposición, aprovechó así para hablar de la crisis territorial que vive España a cuenta de los movimientos independentistas catalanes e instó a Rajoy a tratar de «convencer y no vencer» al soberanismo.

Lo que apenas se pudo encontrar en el festejo, en cambio, fue referencia alguna al nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, que anteayer celebró su primer, y nada cómodo, Comité Federal, con la ausencia de la presidenta andaluza, quien excusó su presencia por problemas de agenda. En él tuvo que oír cómo diversos dirigentes, entre ellos el secretario de Organización andaluz, Juan Cornejo, evitaban resplandar la estrategia demonizadora del secretario general frente a Podemos.

Durante el congreso extraordinario de julio, en el que Andalucía jugó un papel decisivo, Díaz ya dijo que no entraría en la nueva dirección para disponer de «libertad» para dedicarse de lleno a la defensa de los andaluces. Pero su liderazgo emergente hacía vislumbrar ya entonces que se abriría una época de bicefalia que desde el PP no pierden oportunidad de recordar. «¿Quién manda en el PSOE?», repetía ayer el presidente de los conservadores andaluces, Juan Manuel Moreno Bonilla.

Para los socialistas andaluces, la pregunta de Moreno tiene fácil respuesta. La presidenta tardó un cuarto de hora en recorrer el anfiteatro del Palacio de Congresos de Sevilla, presidido por el lema 'Susana Díaz. Un año de cambio', a causa de los abrazos, achuchones, besos y fotos con los militantes. «Eres normal, por eso te entiende la gente», «la ilusión y la esperanza tiene nombre de mujer: Susana», «contigo la voz de Andalucía se escucha, tiene más fuerza y más peso» o incluso «eres la reina del reciclaje», fueron algunas de los elogios que le dedicaron sus cuadros provinciales.

Puentes y trincheras

En su intervención ante unos 4.500 militantes, la presidenta de la Junta de Andalucía trató de preservar su papel como voz propia del socialismo, que es recibida incluso por el rey de Marruecos, y no dudó en pronunciarse sobre asuntos como el debate soberanista en Catalunya o el auge de Podemos. Sobre el primer asunto, insistió en que el jefe del Ejecutivo central Mariano Rajoy debe tratar de «convencer y no vencer», subrayando que «frente a las trincheras» que solo traen «dolor» a España la respuesta debe ser el diálogo. «Necesitamos gente que tienda puentes, no que descosan más este país».

Entre esos puentes abogó por una reforma de la Constitución para «crear una España atractiva, con presente y futuro, de la que nadie quiera irse». Una reforma de la Carta Magna, dijo, que «nos permitirá estar juntos» y que en cualquier caso debe garantizar la diversidad manteniendo la igualdad entre todos los ciudadanos. Y aseguró que «cada vez son más quienes lo ven así» y quienes piensan que «juntos, España y Catalunya somos más fuertes».

La presidenta andaluza no ofreció ninguna clave que permita intuir el adelanto electoral que cobra cada vez más fuerza en los mentideros políticos, más allá de una ironía acerca del «nerviosismo» y el «temblor de piernas» que aparece en el PP cada vez que dice que se lo están poniendo «difícil». Sí reprochó la reforma electoral para la elección directa de alcalde propuesta por los populares y los acusó de querer «romper las reglas de juego democrático en tiempo de descuento» y como fruto del «pánico» a ser desalojados de los ayuntamientos en las próximas municipales.

También aseguró que el PSOE es «el partido de la centralidad» y no «el adversario» frente a quienes, «desde las dos orillas», dijo evitando mencionar de manera expresa a Podemos e IU, solo acaban «provocando una pinza que siempre beneficia a la derecha», como ha pasado en Grecia.

Susana Díaz presume de haber hecho borrón y cuenta nueva con la corrupción y con casos como el de los ERE fraudulentos. Ayer, ante la ausencia de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y del resto de ex altos cargos públicos aforados señalados por la juez Alaya ante el Tribunal Supremo defendió que bajo su mandato se han puesto los controles para evitar que nuevos casos que «abochornan» al PSOE y defendió que lo socialistas son «gente decente». «Quien no lo sea -dijo-, fuera de la familia, no los queremos»

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