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Jordi Pujol retornó ayer a su casa de Barcelona.
Un mes que movió los pilares de la política catalana

Un mes que movió los pilares de la política catalana

Jordi Pujol, a una semana de la cita, aún no ha comunicado al Parlament si dará explicaciones sobre la fortuna que ocultó en el extranjero

CRISTIAN REINO

Martes, 26 de agosto 2014, 00:34

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Nada es igual en Cataluña desde el 25 de julio, el día en que Jordi Pujol confesó que ocultó durante más de tres décadas al fisco una herencia millonaria en el extranjero. Por Santiago cayó un mito, el del político entregado en cuerpo y alma a su «país». El padre del nacionalismo catalán moderno, fundador e ideólogo de Convergencia, tiró por tierra un legado político de 23 años al frente de la Generalitat y acabó por confirmar que, pese a lo que pregonó durante años, Cataluña nunca fue un oasis.

Un mes en el que la sorpresa y la decepción iniciales dejaron paso a la indignación unánime. La confesión cogió a su partido a contrapié. Convergencia fue el único que evitó reclamar su comparecencia en el Parlamento catalán. Sin embargo, el cambio en la estrategia de defensa del expresidente, que primero se ofreció a colaborar con la justicia y ahora trata de frenar su labor, le llevó a marcar distancias. La semana pasada le exigió que vaya a la cámara catalana a dar la cara. Por el momento, sin éxito. Cuando queda una semana para que se confirme la comparecencia, que apunta al mismo 2 de septiembre, Pujol no ha comunicado al Parlament si va a atender su demanda.

Ni Pujol, que ya está en Barcelona tras sus vacaciones en Queralbs (Gerona) y que ayer eludió la pregunta a la salida de su casa, ni los dirigentes de Convergencia dan pistas. El Parlamento, en cualquier caso, lo espera el martes que viene. Los representantes de los catalanes quieren preguntarle si el dinero oculto en Andorra era una herencia, como confesó, o si, como investiga la Policía, son comisiones cobradas a cambio de concesiones de obras durante los 23 años de presidencia. También quieren saber si Artur Mas estaba al tanto y de qué manera se beneficiaron sus hijos.

Argumentos vacíos

Al margen del desprestigio para el expresidente, que ha perdido todos sus honores, el 'caso Pujol' fue una bomba en la línea de flotación del proceso soberanista y se ha llevado por delante algunos de los lemas sobre los que se sustentaba ideológicamente. Uno, el manido 'España nos roba', que se le ha girado hacia el exdirigente catalán, pues será él quien tendrá que explicar si se dedicó a vaciar las arcas catalanas en propio beneficio. Segundo, tira por tierra el argumento por el cual la independencia es necesaria para no vivir en un país lleno de casos Gürtell, Barcenas o ERE. Las primeras investigaciones para esclarecer el origen de la fortuna de los distintos miembros del clan amenaza con alcanzar las cotas de corrupción de los escándalos más conocidos.

Pujol ha dejado muy tocado a su partido, que habla ya de la necesidad de refundarse. El expresidente hizo pública su confesión cinco días antes de la reunión entre Mariano Rajoy y Mas, lo que desarmó al presidente de la Generalitat en su cita en la Moncloa. Mas, castigado por la sombra de la corrupción y debilitado por su incapacidad para sacar adelante la consulta, está en una situación límite. De ahí que vuelvan los rumores de ofertas a Esquerra para ir de la mano a unas posibles elecciones plebiscitarias. Esquerra, que se siente fuerte, solo accederá si Convergencia se compromete a declarar después la independencia.

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