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Lugar en el que se produjeron los asesinatos.
El detenido por el doble crimen de la playa de Laredo no conocía a las víctimas

El detenido por el doble crimen de la playa de Laredo no conocía a las víctimas

Mario I. R., enfermero de profesión, fue sometido ayer a una evaluación psiquiátrica ante la hipótesis de que se trate de un perturbado

R. SÁNCHEZ / M. ÁLVAREZ

Martes, 19 de agosto 2014, 00:14

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El doble crimen de la playa Salvé de la localidad cántabra de Laredo no tiene un porqué. No hay móvil ni nexo que vincule al presunto autor de las puñaladas mortales asestadas a Mercedes García y a su padre, Gabino, más que la fatalidad de haber sido ellos, y no otros, los que se encontraron con él cuando abandonaban la playa el domingo por la tarde. Solo la locura explica lo ocurrido. Mario I. R., un enfermero nacido en 1962 en Bilbao y con residencia en Madrid, donde ejercía su profesión en un conocido hospital hasta que fue expedientado, podría estar perturbado.

La tesis de la enajenación mental de este individuo fue confirmada ayer por mandos policiales. Desde que fuera detenido en el mismo lugar de los hechos por un ertzaina libre de servicio se ha intentado averiguar si Mario conocía a Mercedes, a la que atacó en un primer momento, sin que nadie, ni siquiera los familiares de las víctimas, pudieran establecer ese vínculo entre el enfermero de Madrid y la vecina de Llodio (Álava) residente en Alemania, por lo que todo apunta a que no existe tal relación y en realidad no se conocían. Las puñaladas que le asestó en el cuello a esta mujer de 42 años fueron mortales de necesidad. «Sabía lo que hacía», según fuentes próximas a la investigación. «Iba a matar», indican, cuando se abalanzó sobre ella, a las 18.40 horas del domingo, con un cuchillo de grandes dimensiones.

La investigación, no obstante, prosigue y «no se descarta nada», según la información oficial ofrecida desde la Guardia Civil de Cantabria, ya que aunque ayer no se había conseguido establecer esa conexión entre las víctimas y el detenido, «todavía no se puede asegurar al cien por cien» que no haya algo detrás. Los padres del detenido tienen su segunda residencia a unos 200 metros de la casa vacacional de las víctimas, una coincidencia que podría ser solamente una casualidad o, tal vez, él sí los conociera por esta relación de vecindad. Otras fuentes hablaban ayer sobre una posible «decepción amorosa» de Mario, que puede que tampoco estuviera relacionada con Mercedes.

Ayer mismo la jueza de Laredo pidió que Mario I. R. fuera sometido a una evaluación psiquiátrica de manera inmediata, examen que le fue practicado por la tarde en el hospital Valdecilla y cuyos resultados aún no han trascendido. Se espera que el arrestado por el doble crimen pase hoy a disposición judicial.

Doce puñaladas

Según testigos presenciales de los hechos, Mario se abalanzó sobre Mercedes cuando ésta y su padre se cruzaron con él en el acceso a la playa por una pasarela sobre las dunas. La mujer sufrió una docena de puñaladas, dos de ellas en el cuello y el resto por el pecho. Las primeras afectaron a ambas carótidas y resultaron mortales pese a los intentos de reanimación. Su padre, Gabino García, también fue apuñalado mientras intentaba defender a Mercedes y, además de las cuchilladas que acabaron con su vida, también sufrió cortes en las manos al intentar arrebatarle el cuchillo a Mario. Ambos fueron trasladados al hospital de Laredo, donde se certificó la muerte de la hija. El padre falleció también poco antes de las diez de la noche.

En el forcejeo entre Gabino y Mario, este último también resultó herido y fue atendido en el hospital de Laredo, donde le curaron los cortes que tenía en sus manos aplicándole treinta puntos de sutura.

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