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Pablo Iglesias, cabeza de lista de Podemos, durante un acto de su formación.
Los extremos apuntan alto

Los extremos apuntan alto

El descontento por la crisis económica y social ha sido el caldo de cultivo de nuevas fuerzas que abogan por reformar el sistema político

ANDER AZPIROZ

Viernes, 2 de mayo 2014, 00:12

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El retroceso del bipartidismo que vaticinan las encuestas ha revitalizado las candidaturas de extrema derecha y extrema izquierda para las elecciones europeas. Pero será un entusiasmo efímero puesto que sus expectativas electorales el 25 de mayo son casi nulas.

A estas elecciones concurren 39 formaciones, cuatro más que en las del 2009. Muchas de las candidaturas que concurren a la cita con las urnas son de nuevo cuño, creadas para captar los votos desencantados de los sectores más conservadores del PP y más a la izquierda del PSOE. Es evidente que muchos de los votos que perderán los socialistas irán a parar en una parte importante a Izquierda Unida. No obstante, la formación dirigida por Cayo Lara no ha logrado aglutinar a toda la izquierda descontenta con el PSOE y tendrá que disputarse el voto con candidaturas como Podemos, encabezada por Pablo Iglesias; Partido X, de Hervé Falciani; Movimiento Red, liderada por el juez Elpidio Silva; o la agrupación de electores Recortes Cero. Estas listas guardan rasgos en común entre sí, están en contra de las políticas de austeridad, denuncian el sistema de partidos, critican la pérdida de derechos sociales y exigen una reforma de la Unión Europea para que atienda a los intereses de los ciudadanos y no a los de los estados y las organizaciones políticas.

Mientras que para el Partido X «los partidos no han de darnos la solución, simplemente tienen que dejar de obstruir las soluciones que la sociedad, mucho más avanzada que ellos, ya tiene»; Podemos defiende nacionalizar la banca privada. Recortes Cero propone una redistribución salarial para que nadie gane por debajo de mil euros y tampoco nadie lo haga por encima de 10.000. El Movimiento Red a su vez ha hecho de la lucha contra la corrupción su bandera.

En el campo de la derecha al PP le ha salido por primera vez un competidor desde sus filas. Vox, formado por miembros del partido gubernamental desencantados con su política antiterrorista y territorial. En el programa de Vox figuran temas que, en opinión de estos sectores más conservadores, Rajoy no ha sabido o no ha querido acometer. En el plano político plantea la transformación del Estado de las autonomías en un Estado unitario y aboga por la mano dura contra ETA sin atender a su cese de actividades armadas. El partido se declara además a favor de la familia y la vida, con posturas netamente antiabortistas.

Más allá de Vox figuran las formaciones de extrema derecha, que, aunque comparten un declarado antieuropeísmo, no han alcanzado un acuerdo para integrar una candidatura única. El objetivo de estos partidos es subirse a la ola ultra que recorre el continente y que ha situado a Marine Le Pen, en Francia, o a Nigel Farage, en Reino Unido, en lo más alto de las encuestas. Falange Española de las Jons acusa a Bruselas de «robar patria, trabajo y futuro». Por su parte, España en Marcha promete la derogación de la Constitución, el fin de la inmigración y la prohibición total del aborto y la eutanasia, y la abolición del matrimonio homosexual. En las listas de esta formación aparecen cinco de los ultras detenidos en el asalto a la librería Blanquerna el pasado 9 de septiembre durante un acto de CiU. Otros dos más forman parte de la candidatura de Democracia Nacional, partido que mantiene vínculos con el Frente Nacional francés y el griego Amanecer Dorado.

Los otros partidos

Entre las 39 candidaturas se incluyen formaciones que representan intereses concretos. En estas elecciones repetirá el Partido Animalista (Pacma), que en el 2009 cosechó un resultado nada desdeñable de 42.000 votos. Otras formaciones que presentarán sus papeletas son el Partido Humanista, Iniciativa Feminista, la Confederación Pirata o la Agrupación de Electores de Discapacitados y Enfermedades Raras.

La caída de apoyo de los dos grandes partidos otorga mayores posibilidades de voto a los partidos pequeños. Sin embargo, sus posibilidades de obtener alguno de los 54 asientos de la Eurocámara reservados a España siguen siendo nulas. En el 2009, el último escaño se lo adjudicó la coalición nacionalista de izquierda Europa de los Pueblos y para ello necesitó recabar casi 400.000 votos, un listón inalcanzable para estas formaciones.

Su gran reto es pasar de tener un respaldo electoral testimonial a lograr un apoyo suficiente para ser tenidos en cuenta.

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