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Dos hombres disfrutan de las aguas termales de un balneario. :: s. tercero
El termalismo mejora la salud
EL ESPECIALISTA

El termalismo mejora la salud

La terapia con aguas termales constituye una excelente prestación sanitaria

LOURDES AÑEJO

Martes, 11 de octubre 2016, 01:36

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logroño. Invito al lector a fijar su atención en una situación que progresivamente se está haciendo extensiva e intensiva en nuestra sociedad desarrollada y regalo una propuesta saludable. Comienzo por describir algunos rasgos de la realidad sanitaria, planteo una reflexión de fondo, ofrezco una propuesta y culmino con una breve conclusión.

El derecho a la salud, utilizando todos los medios necesarios existentes y posibles, es algo irrenunciable. Constatamos que el envejecimiento de la población y la aparición de nuevas enfermedades y patologías, está generando un incremento de la demanda social en la calidad asistencial. Y creemos que es tarea de los planificadores de la salud conseguir una esperanza de vida sana y libre de incapacidad.

Ciertamente, es plenamente necesario, en bien de la salud, el uso racional de los fármacos. Pero también es verdad, y esto constituye una mejora de calidad, tener la posibilidad de contar con 'otras medidas terapéuticas eficaces' que pueden completar el beneficio de estos, servir a la liberación de ciertas dependencias o incluso conseguir sustituirlos con excelencia de resultados.

La balneoterapia puede ser una buena opción para esta finalidad. La estadística científica así lo corrobora. Y la experiencia, vivida por quienes de ella se benefician, así lo manifiesta; de hecho, en el colectivo de mayores, alcanza una muy alta aceptación.

El médico de familia explorará su interacción con los tratamientos médicos habituales, determinando su efectividad e impacto clínico y valorando su alta capacidad rehabilitadora. Esto permitirá modificar los tratamientos farmacológicos y evitar, o prolongar en el tiempo, la realización de otras terapias más agresivas.

Tales de Mileto (siglo VI a. C) sostuvo que «el principio de todas las cosas es el agua». Hoy sabemos que es insustituible para la vida. Forma parte de nosotros mismos (60/70%). Interviene en múltiples procesos enzimáticos y metabólicos; con ella saciamos la sed y aliviamos o curamos dolencias. Es factor de relax y de bienestar. Su disponibilidad condiciona el desarrollo de los pueblos.

El agua es, pues, indispensable para la salud; lo es para la dimensión diurética, digestiva e hidratante y lo es como coadyuvante eficaz en el tratamiento de determinadas afecciones.

Y precisamente la cura balnearia utiliza como agente medicamento las aguas mineralomedicinales, que son utilizadas en el balneario como elemento terapéutico.

Su importancia no se limita al tratamiento de distintos procesos patológicos sino que además es un medio excelente tanto de prevención como de rehabilitación de cuadros de evolución crónica de los aparatos motor, respiratorio y urinario, de los procesos dermatológicos, del estrés, la astenia, la fibromialgia/fatiga crónica y otras enfermedades de nuestra actual civilización.

Las técnicas hidrotermales

Pasemos ahora a centrar nuestro ángulo valorativo en la aplicación de las técnicas hidrotermales que incluyen las aguas mineralomedicinales y cuentan también con las condiciones ambientales, la peculiar ordenación de la actividad, el reposo, las relaciones sociales y es preciso destacar particularmente la singular relación médico-enfermo/cliente que es cuidada, potenciada y desarrollada en el medio balneario.

La actividad del médico de familia en el balneario comprende:

1.- Reconocimiento médico al ingreso en el mismo para, contando con los posibles informes presentados, verificar la situación o descubrir otros síntomas y padecimientos

2.- Conocimiento amplio del tipo de aguas minero-medicinales más indicadas para las distintas afecciones o patologías presentes

3.- Diagnóstico para aplicar tanto el tipo de aguas como las tecnologías, con sus distintas variables

4.- Prescripción del tratamiento termal básico, específico e individualizado, teniendo en cuenta las posibles contraindicaciones

5.- Seguimiento médico continuado

6.- Atención para prevenir, evitar efectos secundarios que pueden surgir en el balneario y saber manejarlos en el caso de que se presenten

7.- Vigilancia para derivar al centro médico cuando así fuere necesario

8.- Emisión en determinados casos de informe final para su médico de atención primaria a fin de realizar el seguimiento postratamiento valorando los resultados obtenidos

Este tratamiento tan integral merece una valoración especial desde tres ángulos de vista. Desde la disminución de los recursos habituales de salud; desde la mejora de autonomía y actividad; y desde el aumento de bienestar y calidad de vida.

Según la Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria (srmFYC), la balneoterapia desarrollada y aplicada con calidad en los centros termales consigue, dentro del abanico de la atención existente, resultados terapéuticos importantes y significativos en la salud de la población y en la prevención.

Su finalidad beneficiosa, que generalizadamente se cree solo aplicable a los colectivos de personas mayores, lo es también para el resto de personas, incluidos los niños. De todos modos, su influencia en el envejecimiento, sector predominante en los centros de salud, ofrece soluciones eficientes que deben ser debidamente consideradas.

Su beneficio social es muy superior al que actualmente está reconocido. Así lo demuestra su carácter de terapia natural, no agresiva y gerontológicamente bien aceptada; la disminución en el consumo de fármacos junto el bajo coste cama/tratamiento; la educación sanitaria de determinados grupos de nuestra sociedad; y la potenciación, desde Sanidad, de una serie de áreas rurales, objetivo tan necesario en nuestros días.

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