Borrar

En el 'chispum'... Los de siempre y alguno más

Abajo en la plaza y arriba, en el Ayuntamiento, se respiró pureza y alegría de vivir tras estallar el cohete

JOSÉ FERMÍN HERNÁNDEZ LÁZARO

Domingo, 24 de septiembre 2017, 00:22

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

logroño. Un año más, lo acostumbrado. Cohete arriba, chispum, y abajo los palos del sombrajo. Arriba, en el interior del piano de Moneo -planta de la Alcaldía del Ayuntamiento logroñés- copa en mano y sonrisas abiertas fueron muchos los que ayer brindaron por las fiestas mateas 2017. Abajo, en la plaza, el pueblo; y arriba, sus representantes, cabezas visibles de las diversas asociaciones y colectivos (oficiales o no, culturales o sí) de la ciudad y aún de la Rioja toda.

Cuando el chupinazo rompió como pudo un silencio inexistente, abajo en la plaza el jolgorio se hizo vocerío y desafuero. Arriba, lo mismo pero a la sombra. Poner cara a los de abajo resultaba difícil, no tanto a los de arriba porque nadie estaba pixelado. Por eso pudo el cronista identificar a la mismísima alcaldesa Cuca Gamarra y al presidente de todos los riojanos José Ignacio Ceniceros, cerca de los cuáles estuvieron casi todo el tiempo Paloma Corres y Pilar Montes por un lado y Begoña Martínez Arregui por otro. Luego, al albur de nuestra miradas vimos a Tomás Santos y al magister de latín y cultura clásica que es Emilio del Río. Resumiendo, en el tradicional disparo (qué bélico suena) del cohete festero de San Mateo estaban los de siempre y alguno más. Entre los 'alguno más', Pepe Ibáñez y José Antonio Maturana, de Calahorra; o el médico Víctor Rubio, que llegó con Ángel Ruiz.

Alberto Pizarro mentó a este cronista, que escribe por encargo un libro relacionado con el mundo del Arte. El vistoso rojo uniforme y pantalón 'milrayas' de la Peña Rondalosa nos advirtió de la presencia de su presidente, José Manuel Sáez, que estaba acompañado del histórico peñista Santos Presa.

Las botellas del vino oficial, de la finca La Grajera, lucían una etiqueta del skyline de la capital riojana

Más contentos que unas pascuas sorprendimos a Carlos Iglesias,Ana Palacios, Luis Carrascón y Javier Palacios, todos ellos amigos de la Vendimiadora, Natalia Sáez, que naturalmente estuvo presente en el lanzamiento del cohete, lo mismo que el Vendimiador, Cristian Sarramián.

Desde Lardero llegó Juan Antonio Elguea para saludar el comienzo festero con Roberto Iturriaga, Pili Arenzana y Rocío Vallejo.

Roberto Mazo saludó cariñoso a la que fue Vendimiadora Ana Borque, en cuyos brazos descansaba la pequeña Daniela Imaz.

Miguel Ángel y José Ramón Sáenz compartieron el brindis con Óscar Rueda y con el concejal del Ayuntamiento de Enciso José Luis García.

'Máquina de fotos' al hombro se plantó a la entrada de la segunda planta Miguel Ángel Rodríguez Imaz. Con él, Maribel Dulín.

Sonia Lacasta, Montse Mallén, Fernando Martínez, Natanael Amelivia, Francisco Javier Heredia y Marta Montes lo disfrutaron juntos y en corro.

El vino que se sirvió era el producido y elaborado en la Finca La Grajera especialmente embotellado para el Ayuntamiento de Logroño. La etiqueta -un elegante skyline de la ciudad- fue elogiada por Javier García Rincón, a quien acompañaban Marta y María García, Angélica González y Rebeca Martínez.

Una ojeada desde arriba minutos después de explosionado el cohete nos permitió ver que en la plaza no cabía un papel de fumar tanto era el gozo de los seguidores del Dj Carlos Jean.

Arriba y adentro, lo mismo que abajo y fuera, todo parecía reflejo de la comedia de Jacinto Benavente. 'La ciudad alegre y confiada'. Todo por mor de la fiesta.

En resumen, lo mismo, casi los mismos y más de lo mismo. Eso sí, hubo algo diferente tanto arriba como abajo. En el chupinazo se respiró pureza y alegría de vivir. Y si eso pareció eso sería. Se acabó pues la víspera, pasó la vigilia. Ahora queda superar con alborozo las trasnochadas de los días venideros.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios