Borrar
Aimar Olaizola mira fijamente la pelota antes de golpearla con su mano derecha. Once tantos de jugada, dos de saque y ningún fallo fueron sus números de ayer. :: fernando díaz
Partido perfecto, día decepcionante

Partido perfecto, día decepcionante

Víctor y Zabaleta dicen adiós a San Mateo el día en el que Berasaluze se despide de Logroño y la pelota profesional da la bienvenida a Salaverri

JOSÉ MARTÍNEZ GLERA

Jueves, 29 de septiembre 2016, 00:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Logroño. El partido perfecto. Así definió Aimar Olaizola la victoria que logró ayer en el Javier Adarraga junto a David Merino. Prácticamente lleno, por cierto. 22-5 en 50 minutos sobre la cancha. Ningún error de ninguno de ellos. Perfecto para los ganadores; para olvidar, para los perdedores. Víctor y Zabaleta no protagonizaron un desastre, pero no hicieron absolutamente nada para poner en apuros a sus adversarios. Quizá porque no pudieron. La diferencia fue tal que sólo faltaba conocer el tanteador final. 22-1 hubiera sido excesivo castigo. El genio de Víctor lo impidió.

Olaizola y Merino II protagonizaron un partido de oficio. David no pegó al cuero, pero llevarlo al frontis fue suficiente para que Zabaleta se sintiera incómodo. Su clase le permite volar la pelota y arrimarla. Suficiente. Olaizola sí le pegó. Y la paró. Hizo lo que quiso. Once tantos ganados y dos saques. «El mejor partido de los últimos que he jugado», admitió. Fue un duelo de guante blanco para el navarro. Cómodo, seguro y marcando el tiempo en todo momento. «Jugar con David es una garantía», dijo. Intercambio de flores. «Aimar me ha dado la confianza que necesitaba», contestó el zaguero de Villar de Torre. La sintonía es tal que ambos lanzaron un claro mensaje a sus empresas: quieren jugar juntos un torneo oficial, el de Parejas.

Poco se puede decir del partido. Fue un paseo para los ganadores y un calvario para los perdedores. Su inicio definió a ambos bandas: dos tantos de Aimar y un error de Zabaleta. 3-0 para empezar. El 100 a 30 con el que salió el dinero se consideraba excesivo en la grada. La cancha demostró que era hasta benévolo. Un tanto ganado por Zabaleta rompió la inercia, 1-3, pero nadie podía pensar que el duelo, el primero de los ganadores en esta feria, se iría hasta el 18-1 en un abrir y cerrar de ojos. Demasiado fácil, demasiado rápido, demasiado duro para Víctor y Zabaleta, que enfilaban el camino del adiós a San Mateo sin posibilidad de retorno. No había fisuras en los coloraos. Jugaban con calma, sin forzar los cuerpos. David se mostró seguro, pero no pegó a la esférica. No lo necesitó. Aimar se encargaba de la faena. Mañana, con Rezusta sí que tendrá que tensar el músculo de su cuerpo para hacer frente a un pegador. Le sobra golpe y clase. La confianza la va elevando poco a poco.

Con errores de unos y aciertos de otros, el desánimo cundió en la grada. Decepción absoluta. La cátedra esperaba una pelea más igualada. Y quería una reacción, aunque sólo fuera por orgullo. Ahí apareció Víctor Esteban. Pelotari valiente, se encorajinó. No quería una derrota como esa para decir adiós a su feria. Tres veces entró al corte al saque de Olaizola. Y las tres perdió. 18-1. Pero, el delantero de Ezcaray es bravo. Su casta levantó a la grada. ¡Sí, se puede!, gritaba. Podía sonar a insulto, pero el grito era de verdad, de ánimo, no de reproche. Y Víctor lo agradeció. Buscó a Olaizola. ¡Aquí me tienes!, le espetó con la mirada. Tres remates en el terreno de la verdad y un saque llevaron su dígito hasta cinco. Olaizola y Merino se lo tomaron con calma. Ganar era imposible para los azules. Zabaleta tenía tocada la derecha como quedó patente en una recogida en el tres. Y los dos tenían destrozado su ánimo. Pero es mejor morir matando que resignarse a una muerte dulce. Era la tarde perfecta de Aimar y David. Ni un fallo.

La cuarta jornada de pelota arrancó con la segunda tarde de Darío en el Adarraga. El de Ezcaray formó junto a Irusta para ganar por 18-10 a Arretxe II y Apraiz. Darío brilló en todas las facetas del juego y demostró estar un peldaño por encima de sus compañeros. Su respuesta de carambola para ganar el cuarto tanto a un dos paredes caído de Apraiz define su juego. Otro se hubiera quitado el cuero de encima. Esos pelotaris calan en la grada. Carambola, gancho, dejada, cortada o saque violento, al margen de golpe con ambas manos. Interesantísimo delantero si el cuerpo le acompaña.

Y se despidió el día con los fuenmayorenses haciendo pasillo de honor a Rubén Salaverri. Debutaba el zaguero en el adiós de Pablo Berasaluze al Adarraga. Tarde de emociones de diferente origen. Era un día para disfrutar. Homenaje a Pablito, que tantas buenas tardes ha dejado en el frontón riojano.

Con el primer pelotazo todo fue diferente. No había lugar para bienvenidas ni despedidas. 22-14 ganaron Gorka y Barriola a Berasaluze y Salaverri. Demasiados nervios. Hoy será otro día.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios