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La Fuga pone el broche a San Mateo

La Fuga pone el broche a San Mateo

El grupo llenó la plaza del Mercado e hizo disfrutar a un público entregado con sus canciones y algunas versiones al final del concierto

Diego Marín A.

Domingo, 27 de septiembre 2015, 12:51

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Paradójicamente, los dos mejores conciertos de San Mateo han sido iniciativa de los bares de Logroño. Primero Porco Bravo llenó la plaza San Agustín e hizo enloquecer al público con su espectacular concierto, promovido por los bares Fax y La Anjana. Y ayer, aunque con subvención municipal, fue la Asociación de Bares del Casco Antiguo y la Plaza del Mercado la que llevó a La Fuga a poner el broche musical a las fiestas de San Mateo 2015. Y resultó un rotundo éxito. Miles de personas abarrotaron la plaza y, a diferencia del día anterior con Nancys Rubias, el público sabía a lo que iba y coreó las canciones más célebres del grupo cántabro.

La Fuga es un grupo de rock urbano al que le favoreció el éxito de Marea para seguir su estela, influenciarse y continuar ocupando su espacio cuando la banda navarra se ha hecho a un lado. Ha superado, incluso, la marcha de su anterior líder y cantante, Rulo, y suman 700 conciertos con sus diez discos en menos de veinte años de vida musical. Con su último trabajo, Más de cien amaneceres (2013), han actuado este año en Calahorra y Logroño. El de ayer en la capital fue un buen concierto, protagonizado por las guitarras y un público entregado y agradecido por el regalo. Su directo es efectivo, clásico, sin sorpresas, dan lo que son y lo hacen medianamente bien, que a estas alturas ya es decir mucho.

Tuvo, eso sí, algunos puntos cuestionables. El primero, que el concierto se había anunciado oficialmente tanto a las 22.30 como a las 23 horas, lo que supone una chapucilla informativa. El segundo, que la actuación comenzó precedida de la banda sonora de la película Gladiator, algo que resulta ya un poco anticuado y kitsch para una banda de rock and roll, aunque se busque la épica. Y lo tercero es que el grupo se estuvo despidiendo del respetable durante media hora hasta que, realmente, finalizó el concierto. Pero La Fuga hizo disfrutar a los espectadores durante casi dos horas y no cabía ni un alfiler en la plaza del Mercado.

A las guitarras y a la poderosa batería se unieron, siguiendo el compás, el baile de las melenas heavys de los componentes de La Fuga. Hubo, incluso, algún consejo paternal, como la petición de respeto en las relaciones sentimentales antes de tocar la canción Amor de contenedor. La música de La Fuga tiene un aire triste, de despedida, de melancolía, de casete, con buena parte de balada. Son canciones que calan entre los jóvenes, que siguen el patrón de los clásicos Platero y Tú, Extremoduro y, lo más destacado, aguantan el tirón de los años y la modernidad.

En la recta final uno de los temas más agradecidos fue Baja por diversión, el primero del bis. Después llegaron algunas versiones, como la de Heroína de Los Calis y Txus de La Polla Records. Y, finalmente, quizá las canciones más conocidas de La Fuga: Buscando en la basura y Paquí pallá. Fue un buen concierto, sobre todo, porque hizo disfrutar a un público mayoritario y eso no lo ha podido decir ningún otro grupo en San Mateo.

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