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: Justo RODRÍGUEZ
«Nadie admite ya de un Ayuntamiento procesos que no sean 'online'»

«Nadie admite ya de un Ayuntamiento procesos que no sean 'online'»

alcaldesa de Logroño

Pablo Álvarez

Martes, 16 de mayo 2017, 09:44

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Logroño verá pronto en funcionamiento la primera fase de su proyecto 'smart city', cuando se ponga en marcha el centro de control principal del antiguo edificio de Químicas. Pero todo esto lleva ya seis años de gestación, desde que el ayuntamiento que entonces ya presidía Cuca Gamarra decidió embarcarse en este proyecto... en el momento en el que más tocaba apretarse el cinturón.

- ¿Por qué un Ayuntamiento en restricción presupuestaria se lanza a una inversión así, mucho menos 'explicable' a la ciudadanía que, digamos, una rotonda?

- Porque somos muy conscientes de que la revolución digital no es algo de lo que puedas estar al margen desde una administración, sino todo lo contrario. Ése es un tren que esta ahí, y cada uno decide en qué vagón se sube. Si te subes al principio, más rápido vas a tener la capacidad de introducir toda esa revolución, en la que hay que invertir, pero que tiene una rentabilidad social y económica muy rápida. La peor decisión era no subirse en ese tren.

- En la vida diaria uno ve cómo en los últimos años hay procesos que no se parecen en nada a lo que eran. ¿Se nota eso en la gestión de un Ayuntamiento?

- Claro. Es un elemento clave: cómo las nuevas tecnologías han cambiado los procesos; lo han hecho hacia mejor, pero hace falta adaptarse a ellos. El modelo 'smart city' es un cambio cultural; un cambio del papel que tiene que tener el ciudadano; también se trata de no gestionar de una manera estanca sino de compartir y ser más eficaces. Pero el cambio está ahí: nadie admite de un Ayuntamiento procesos que no sean 'online'. Hace unos años no podías pagar una multa en el móvil o entrar en unas instalaciones deportivas con él, o saber en tu móvil cuánto falta para que llegue a la parada el próximo autobús... Todo eso cambia mucho la manera de gestionar una ciudad.

- Un Ayuntamiento es un ente de muchas cabezas, en este caso de mil y pico funcionarios, que tiene sus propias inercias. ¿Cómo de difícil es cambiar la dirección del movimiento?

- Es un proceso que necesita tiempo. Es cierto que nosotros hemos sido un Ayuntamiento pionero, y por tanto llevamos camino adelantado, pero todo pasa por la implicación de los funcionarios. Cambiar las cosas que funcionan hacia otro modelo, aunque sea para funcionar mejor, genera cierta resistencia. Pero si lo estamos haciendo es gracias a la colaboración de los trabajadores públicos. Requiere mucha formación, mucha persuasión, y que ellos también lo protagonicen. Y se trata de un proceso largo y por fases.

- ¿Hay una dificultad añadida a la hora de explicar esto a la gente?

- Cada vez es más fácil explicárselo a la gente. Cuando empezamos a impulsar este modelo era más difícil, porque los propios ciudadanos teníamos menos acceso a este tipo de servicios en otros aspectos de nuestras vidas. Hoy es mucho más fácil, porque es algo que ya te demanda la sociedad. Tu banco ya está en el móvil, y al final también acabas exigiendo que tu Ayuntamiento lo esté.

- Los ayuntamientos tienen muchos más datos de sus ciudadanos que nunca. ¿Entiende el miedo a que esto se convierta en una especie de 'Gran Hermano' municipal?

-Yo creo que donde mejor están los datos y donde menos peligro corren es en las administraciones públicas, que estamos ya más que acostumbrados a la protección de esos datos.

- ¿Y cómo se salvaguarda la privacidad de esos datos cuando intervienen empresas privadas, como es el caso?

- Eso está totalmente protegido, es uno de los elementos fundamentales. Los datos sólo están a disposición de las administraciones y de los funcionarios. Las empresas no deben gestionarlos, ni por supuesto son propiedad de ellos ni pueden comerciar con ellos. El papel de la empresa es poner a disposición de la administración la tecnología para que la propia administración gestione. Nada más. Ése es el límite. Pero por otra parte está la transparencia: el Ayuntamiento tiene mucha información que tiene que estar a disposición de los ciudadanos, pero eso no significa que tú puedas acceder a la información de tu vecino.

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