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J. C. / L. R.
Martes, 25 de abril 2017, 23:58
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Los árboles vuelven a bailar en el paseo del Prior casi 20 meses después... Lejos queda septiembre del 2015, cuando el director de la Casa de la Danza de Logroño, Perfecto Uriel, denunciaba la desaparición de casi 50 ejemplares del denominado Bosque de la Danza, una singular iniciativa puesta en marcha junto a la Concejalía de Medio Ambiente en el 2009 y que, hasta ayer, apenas contaba con la decena de 'ginkgo bilobas' plantados en origen con los primeros artistas colaboradores y los 15 abedules que el pasado febrero restituyó el Ayuntamiento.
Desde la citada Casa, tras las más de 500 cartas remitidas en los últimos tiempos tanto a los concejales de Medio Ambiente y Cultura como a la propia alcaldesa de Logroño a fin de que se cumpliese la moción sacada adelante por los grupos de la oposición para la restitución del mencionado espacio, se procedía ayer a enterrar el 'hacha de guerra' y a plantar once nuevos ejemplares -seis ginkgos, dos cipreses, dos laureles y un nogal-. «Ahora pediré una reunión para solicitar que el Bosque de la Danza reciba el impulso que merece y se solucione todo lo referente a su señalización», adelantaba Uriel.
Eros Recio, el único bailarín profesional español con síndrome de Down, apadrinó uno de los ejemplares y actuó para el centenar de personas -muchas de ellas con discapacidad- que se dieron cita en un acto que sirvió para abrir la nueva etapa del Bosque. También estuvieron representantes de PSOE, Cambia, C's y PR+; y la alcaldesa, según Uriel, disculpó la ausencia del PP excusándose por motivos de agenda.
El director de la Casa recordó que el de la Danza debería contar con un total de 71 árboles, pero que tras el 'ataque' denunciado desaparecieron alrededor de 50. Los once árboles plantados fueron donados personalmente por bailarines como Lucía Lacarra, Tamara Rojo, Marlon Dino, Ana Luján, Urtzi Aranburu y Vicente Gregori. Además, la colaboración ciudadana anónima aportó fondos para rendir homenaje a artistas como Vaslav Nijinsky, Floria Capsali, Margot Fonteyn y Rudolph Nureyev, que ya cuentan con su árbol.
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