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Diversas autoridades regionales y locales acudieron al tradicional acto religioso. :: díaz uriel
Un miércoles para el sentimiento

Un miércoles para el sentimiento

Una larga hilera de fieles esperó a que finalizase la limpieza de la imagen yacente para mostrarle su devoción en el besapiés

PILAR HIDALGO

Miércoles, 19 de abril 2017, 23:34

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logroño. Miércoles Santo, miércoles cargado de emociones en Logroño. La capital riojana acogió ayer dos de los actos que despiertan más fervor entre los fieles: la limpieza y veneración del Cristo del Santo Sepulcro y la procesión del Encuentro.

Bajo un sol primaveral, una larga hilera de devotos del Santo Cristo Yacente rodeó la concatedral de La Redonda para besar los pies de esta veneradísima imagen de la Semana Santa logroñesa, con fama de milagrera y que sólo abandona su urna funeraria una vez al año.

Esa fecha fue ayer, cuando las campanas anunciaron el mediodía y el mayordomo de la Cofradía del Santo Sepulcro, la entidad organizadora, ayudado por otros hermanos (entre ellos los cuatro exhermanos mayores con vida de la cofradía) abrieron la tapa del bello nicho donado en 1694 por el capitán Gabriel de Unsaín a la ciudad y trasladaron al Santo Cristo Yacente a un altar en mitad de la capilla de los Ángeles, donde con sumo cuidado un grupo de camareras procedió a su limpieza.

Minutos antes de que estas mujeres le quitaran con plumeros y algodones el polvo acumulado en el último año, el obispo de la Diócesis riojana, Carlos Manuel Escribano, presidió una breve ceremonia religiosa en la que se leyó un pasaje del Evangelio. Se da la circunstancia de que se trató de la primera ocasión, según le consta a la Cofradía del Santo Sepulcro, en que el obispo asiste a este tradicional acto.

Al mismo también acudieron distintas autoridades como el presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros; la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra; y los consejeros Conrado Escobar y Alberto Galiana, entre otros. Ellos iniciaron el besapiés al que, una vez se abrieron las puertas de la capilla, se entregó un goteo incesante de fieles. Muchos de ellos acercaron a la imagen llaves, fulares o joyas para obtener su protección. La cofradía obsequió a los presentes con unos algodones pasados por el Cristo para que la salvaguarda se prolongue durante todo el año.

Por la noche fue la devoción por Jesús Nazareno y La Dolorosa la que sacó a multitud de logroñeses a las calles de la capital riojana, que vivió uno de los momentos más evocadores de este periodo cuando se produjo el Encuentro. Esta escena bíblica se rememoró también en Haro, mientras que por Calahorra procesionó el Santo Cristo de la Agonía y en Santo Domingo de la Calzada tuvo lugar un besamanos.

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