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Grau escribió libros de su historia dirigió una revista y fundó otra. :: familia grau
La procesión de los cautivos en la Manzanera

La procesión de los cautivos en la Manzanera

'Cautivos y desarmados', de Francesc Grau, describe el campo de concentración de la plaza de toros

MARÍA CASADO

Jueves, 6 de abril 2017, 21:10

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La vida de Logroño en 1939 tenía un aire a la actual. Solo un aire. Los domingos a mediodía la zona del Espolón, «una plaza arbolada que a aquella hora aún estaba muy concurrida», albergaba bares. «Los cafés que había alrededor estaban llenos de gente engominada tomando el aperitivo sentada en las mesas o de pie junto a la barra». El resto de la historia que narra Francesc Grau en su libro 'Cautivos y desarmados' nada tiene que ver con la situación actual. Grau, nacido en 1920 en Calella (Barcelona), llegó a la plaza de toros de Logroño, entonces campo de concentración para clasificar a los presos, en enero de 1939 tras ser detenido en el frente. Era republicano y apenas había superado los 18 años.

Su estancia en la capital logroñesa fue breve. «No sabemos exactamente cuánto tiempo, pero poco. Enseguida le trasladaron al campo de concentración de Miranda de Ebro y de ahí a un batallón de trabajadores en Andalucía; a Calella volvería con 25 años, había sido reclutado con 17», explica su hijo, también Francesc. A pesar de lo corto que fue su tiempo en Logroño, Grau -fallecido en 1997- recordaba cada detalle. «Tenía muy buena memoria, era muy observador», destaca su hijo. Y esos recuerdos le llevaron a contar su periplo. Antes de narrarlo decidió, aunque inicialmente había jurado no volver a Logroño y Miranda, realizar en los setenta el mismo recorrido que cuarenta años arrancó en su detención en Cubells.

Una ruta comentada por los lugares de la represión en Logroño

  • Este mes de abril, época de actos conmemorativos de la República por parte de la Asociación La Barranca, arranca con la presentación este viernes, a las 19.30 horas, en el Ateneo del libro de Francesc Grau 'Cautivos y desarmados'.

  • Eel sábado a las 11 horas, desde la plaza Martínez Flamarique, donde se asentaba el antiguo coso de la Manzanera, partirá una ruta por el recorrido que Grau, como otros muchos prisioneros, realizó para llegar hasta el tren de Gran Vía que le transportaba al campo de concentración de Miranda de Ebro.

  • El paseo será comentado por Carlos Muntión, con imágenes de la época, y servirá de repaso a los lugares clave de la represión en Logroño, como el colegio Escolapios, la Escuela Industrial, el frontón Beti-Jai o el instituto Sagasta, entre otros.

«Vino a Logroño con mi madre y fueron visitando cada lugar. Recordaba la plaza de toros y el trayecto que hicieron desde la plaza hasta la estación de tren cuando los trasladaron a Miranda», cuenta Francesc.

El mapa, punto de encuentro

En su relato por la Manzanera, insalubre para cobijar a personas que dormían bajo las gradas, Francesc Grau guardaba imágenes grabadas, como las casas de alrededor, a las que tenían prohibido mirar. También recordaba momentos clave: los continuos interrogatorios, al sargento Pititi, «con una mala leche impresionante», la paliza a un corneta vasco por negarse a tocar el himno de España... y la existencia de un mapa. «A veces se formaba un grupo ante el mapa de España pintado en la pared y en el que, diariamente, se reflejaban las variaciones del frente en Cataluña, el único que ofrecía un movimiento continuo», indica el texto.

Y ese mapa fue precisamente el que conectó la historia de Grau con Carlos Muntión, director de la revista Piedra de Rayo y miembro del colectivo La Barranca. «En una librería de Barcelona encontré el libro de Grau en catalán y descubrí que hablaba del campo de concentración de la plaza de toros de Logroño. Ahí vi lo que suponíamos y habíamos documentado sobre el mapa: que se utilizaba en los campos para marcar las variaciones en el frente», apunta Muntión. Después llegaron los contactos con la editorial y con la familia Grau, que incluso acudió el año pasado al acto de La Barranca donde se colocó el mapa de la Manzanera.

El libro, originalmente en catalán, fue editado en 1981 y ahora acaba de traducirse al castellano. Con tal motivo será presentado, con la asistencia de la familia Grau, este viernes, a las 19.30 horas, en el Ateneo Riojano, en un acto organizado por la Asociación La Barranca.

«Estaría orgulloso»

Si Francesc Grau levantara la cabeza probablemente lo haría con una sonrisa, porque, como hoy reconoce su hijo, «estaría orgulloso y contento de que su testimonio, que siempre decía que escribió sin resentimiento, siga vivo». La historia de Grau es, junto a la de Perico Escobal en su obra 'Sacas', uno de los pocos relatos contados de lo vivido en el coso logroñés como campo de concentración.

Pero quizás es su paseo, en formación, al tren en Gran Vía para ir a Miranda, uno de los instantes que más transmite, especialmente cuando cruzaron El Espolón. «El paso de la caravana y el aspecto desastroso de los que la componíamos acalló todas las conversaciones y mantuvo, durante un buen rato, los vasos paralizados a medio camino entre la barra y las bocas», cuenta el relato. Y ahí se detiene en «una parejita de novios» acaramelados. La chica siente interés por la procesión de cautivos, mientras el chico le quita la idea: «¡Son prisioneros rojos!».

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