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Una capital con 116 nacionalidades

Una capital con 116 nacionalidades

Logroñeses de Rumanía, Pakistán, Marruecos y Bolivia, las comunidades que llegan al millar de habitantes, hablan de una ciudad intercultural

Javier Campos

Miércoles, 22 de marzo 2017, 21:25

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Nadie mejor que ellos para hablar de una ciudad que aspira a la interculturalidad. Logroño, a día de hoy, cuenta con vecinos de 116 nacionalidades diferentes... con rumanos, pakistaníes, marroquíes y bolivianos como comunidades que llegan y superan el millar de personas.

Diario LA RIOJA ha reunido, con la colaboración de Rioja Acoge, a cuatro miembros de las cuatro nacionalidades principales para hablar del fenómeno migratorio en primera persona y lo cierto es que presenta peculiaridades dependiendo del lugar de procedencia. Eso sí, la crisis económica, con especial incidencia en el sector de la construcción, marcó un antes y un después para todos.

«Ha habido dos períodos claramente diferenciados: el primero, antes de la crisis y hasta el 2008, en el cual venían muchos rumanos; que según fue empeorando la economía volvieron a marcharse dándose cuenta de que la peor situación de España era mejor que la de Rumanía, con lo que desde hace dos o tres años empezó una nueva ola de retornos», explica Cornel Stanescu, de 34 años y expresidente de la Asociación Rumana en La Rioja 'Dacia Ulpia Traiana', quien llegó a vendimiar a Castilla-La Mancha hace 13 años subiendo a la campaña de la uva en La Rioja y afincándose en Logroño desde entonces. «Muchos pensaron que su tiempo en España se había acabado, no fue así y vuelven a estar entre nosotros», concluye.

El presidente de la Asociación Pakistaní de La Rioja, Fida Hussein, pone voz a la segunda comunidad más numerosa de Logroño tras la rumana. Desde 1999 en Logroño, a sus 52 años, Hussein concluye que actualmente La Rioja casi no recibe a nuevos compatriotas. «La comunidad se mantiene establece pues la vía de la reagrupación familiar, con el mercado de trabajo estando como ésta, se ha complicado», explica. Antes de la crisis, recuerda, «todo era diferente». A partir de entonces, reconoce el pakistaní, «el 80% de la comunidad se quedó sin trabajo, aunque volver allí no vuelve nadie». «Lo que ha sucedido es que muchos se han ido a otros países de Europa donde tenemos muchos vínculos familiares», precisa.

La tercera comunidad inmigrante en Logroño es la marroquí. Chaimae Boucharrafa, joven de 19 años y estudiante de Magisterio Infantil en la UR, llegó a los cinco años junto a su madre un año después de que lo hiciese su padre. Ella recuerda, como todos, que antes venían más compatriotas. Miembro de la Fundación Pioneros, ve que en su caso, pues lleva velo como musulmana que es, tal barrera puede ser un problema a la hora de encontrar trabajo en La Rioja. Con lo que no descarta una nueva migración.

A uno del millar, concretamente en 999 personas a 1 de enero del 2017, la comunidad boliviana también da su visión. Ronald Céspedes, de 49 años y «para cumplir 15 en La Rioja», preside la Asociación de Bolivianos en la región y, de la misma manera, constata que el colectivo «ha perdido a la mitad de su integrantes».

La política migratoria, en su caso y al no haber convenio España-Bolivia, también cuenta. «No sólo no vienen, sino que además se están marchando poco a poco pues hay quien regresa por tres meses y decide quedarse a vivir allá pues está su familia y tienen vivienda pagada... la situación, salvando las distancias, no es tan distinta», concluye.

Stanescu, Hussein, Boucharrafa y Céspedes coinciden en la buena acogida que tuvieron en sus casos personales.

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