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Puestos en la planta baja de la plaza de abastos.
Mercasa propone cambiar la ordenanza de Mercados para relanzar la plaza de abastos

Mercasa propone cambiar la ordenanza de Mercados para relanzar la plaza de abastos

Entre las múltiples medidas que recoge el informe figura también la formación de los comerciantes y adaptar los horarios

María José Lumbreras

Lunes, 27 de febrero 2017, 22:37

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Tiene propuesta nueva el mercado de San Blas, la que procede de la empresa pública Mercasa, experta en esta materia. En su informe presentado recientemente se plantea la conveniencia de agrupar el producto fresco en la planta baja del edificio, tanto dentro como fuera del mismo, y dejar las dos plantas superiores para usos comerciales complementarios. ¿Cómo ha llegado a esa conclusión la entidad? De entrada, Mercasa dedica buena parte de las páginas que ha entregado a analizar la capacidad de compra de logroñeses y riojanos. Sobre la capacidad de consumo de los municipios, compara la de Logroño, que señala que se ha visto incrementada ligeramente (el 3%) entre el 2003 y el 2012, con la de capitales de su entorno, como Vitoria, Pamplona y Burgos, que la habrían visto reducida entre el 2 y el 6%, añade aludiendo a datos de La Caixa. Pero además advierte de que, en lo que a distribución alimentaria se refiere, en La Rioja, en el 2016, por segundo año consecutivo, el 100 por cien de las aperturas, que fueron 9 con 1.898 metros cuadrados, correspondieron a franquiciados o asociados, que siguen ganando terreno a los establecimientos propios, de manera que ya son el 19,5% (85, con 17.575 metros cuadrados), frente a los 79, con 16.677 metros cuadrados que eran en 2014 (el 18,6%).

Sobre las fortalezas de la plaza de abastos, Mercasa destaca su buena ubicación y su acceso privilegiado, dice, pero también la renta media de los logroñeses, superior a la autonómica y similar a la nacional, de casi 23.000 euros. Cuenta además la predisposición de las administraciones local y regional por potenciar el comercio minorista y advierte que hay puestos dentro del mercado comprometidos con la adaptación a los nuevos conceptos que demanda el cliente actual.

Como debilidades se detallan los horarios comerciales, no compatibles con algunos segmentos de clientes; la falta de parking; la iluminación escasa; la saturación de productos y/o precios en zócalos y pasillos; el impacto negativo de los puestos sin actividad; la limpieza en horario comercial o la conveniencia de reciclaje profesional.

Las oportunidades del mercado pasan por el arraigo cultural hacia el mismo -los vecinos sienten que allí se vende calidad-, pero también por la revisión del reglamento interno y la ordenanza de Mercados para adaptarlos a la realidad «de tal manera que el funcionamiento interno, las relaciones con los clientes y con el Ayuntamiento permitan la continuidad y adaptación del nuevo recinto a las necesidades y valores actuales». Se precisa, además, el reciclaje de los operadores y trabajadores de forma que puedan conocer iniciativas diferenciadoras.

El edificio y su entorno «son suficientemente importantes» para crear una imagen comercialmente potente. Dadas las especiales características del inmueble y de la zona, estima Mercasa que las plantas superiores del edificio podrían alojar bien un supermercado sin alimentación fresca para complementar la compra o establecimientos como FNAC -de cultura, tecnología y ocio- o Apple, mejor que de moda u hosteleros, dado que se buscan acciones de calado y diferenciadas a lo existente.

Entre las amenazas, figuran la amplia oferta de medianas superficies del entorno, la percepción de que hace falta más tiempo para hacer la compra y el relevo generacional de los comerciantes.

Los objetivos pasan por la sostenibilidad económica del mercado, por impulsar el formato comercial de proximidad, por generar un espacio atractivo y por adecuar el mix comercial existente agrupando todo lo fresco en una sola planta. Pero también se requiere mejorar la restauración con un espacio en el que poder degustar los alimentos adquiridos y modificar la ordenanza y el reglamento interior -insiste el estudio-, así como controlar que se cumplen las normas. Mejores horarios, servicios como la gestión de pedidos y envíos a domicilio y un plan de comunicación también están en el horizonte.

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