Borrar
Panorámica de la situación actual de dejadez del terreno completo.
Cien tiendas y un gran basurero

Cien tiendas y un gran basurero

El solar del antiguo colegio Maristas se ha convertido en un vertedero y en lugar de residencia de indigentes

AMANDA GONZÁLEZ/J.A.G.

Sábado, 20 de agosto 2016, 17:53

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Una pequeña puerta roja, abierta sin ningún impedimento, da paso al gran espacio de lo que fue, no hace tanto tiempo, el patio del colegio Maristas. Entras. A la derecha, alguien ha montado un 'bungalow' en los antiguos baños. Enfrente, un sistema de allanamiento del edificio central, que tras varios incendios parece que se vaya a caer a pedazos. A la izquierda, la 'zona comedor', con mesa y copas incluidas, lavandería y aseo. Alrededor de todo el patio, basura. Las ratas dan buena cuenta de un menú degustación preparado por los vecinos para los gatos. Y mientras, indigentes entran y salen como Pedro por su casa haciendo de la zona central de la capital riojana, conocida como Paseo de las Cien Tiendas, un gran basurero.

Vecinos residentes en avenida Colón, Milicias, Calvo Sotelo o Ciriaco Garrido viven preocupados día tras día por la incógnita del futuro del recinto. Meses atrás, algún indigente se colaba por la noches en el terreno, pero actualmente «ya no sabemos si se va a convertir en un campamento en pleno centro de Logroño», confiesa Mila García, dueña de la tienda Acuadros, situada en la calle Ciriaco Garrido. La indignación de los vecinos aumenta simultáneamente a las grandes cantidades de escombros y desechos acumulados en el patio de Maristas.

Antonio Pujades es otro vecino de la zona. «El barrio está arruinándose a pasos agigantados, se cierran comercios, en avenida Colón sólo quedan tres o cuatro, en Ciriaco Garrido ha desaparecido un comercio de deporte, otro de cocina...», repasa enfadado.

Pincel y Ratón, una escuela de arte para niños, fue uno de los negocios ya desaparecido en la zona. «Lo tuve que quitar por pura higiene, es terrible la degradación», cuenta Pepa Iriarte, antigua directora y también vecina de Carlos Sotelo. «Las Cien Tiendas ya no es lo que fue, la degradación progresiva de la zona y el abandono de Maristas ha traído como consecuencia una invasión de cucarachas y ratas, y una de las zonas del centro con más atractivo ha dejado de ser un lugar de paso y de disfrute para vecinos y visitantes», añade Pepa con indignación.

La situación es desesperante para los residentes, que ya no saben qué pensar. «Estamos aguantando y ya no es que sea una queja comercial sino también por los vecinos que vemos el trasiego del campamento formado», declara Mila, dueña de Acuadros. Ante varias consultas sin respuesta al Ayuntamiento de Logroño para que se tomen medidas, «tenemos una gran sensación de impotencia al ver a los indigentes viviendo en esas condiciones, añadido al peligro que conlleva que pueda haber un efecto llamada», lamenta Mila.

«Esto va a más, cuando algo malo ocurre y no se pone remedio, va a más», reflexiona Carlos Olabuenaga, propietario del Bar Tizona, que por ahora no ha tenido ningún problema personal con los indigentes. «Pero siempre van borrachos y drogados, no puedes hablar con ellos», especifica Olabuenaga.

Mila García, muy implicada en el tema, se ha reunido con partidos políticos. «He hablado con varios concejales de varios partidos pero hablan para tranquilizar y luego no hacen nada. Bueno, sí, se echan la culpa entre ellos», manifiesta.

Los paseos de la Policía

Los vecinos tampoco entienden por qué la Policía Local no se implica más en el tema. «De vez en cuando por la noche pasan en coche, pero un paseíllo y se marchan», comenta el dueño del bar. «Lo primero que deberían hacer es cerrar el acceso, pero la Policía ni siquiera se baja del coche a dar una vuelta y menos aún entrar en el recinto», continúa Carlos Olabuenaga. «Es que es tan grande... y además nadie hace nada. Si yo fuera indigente también viviría ahí sin dudarlo», concluye el hostelero.

La gravedad de la situación ya no solo se plasma dentro del recinto. Antonio Pujades presenció hace unos días un incidente: «Vi cómo a un señor que estaba sentando en un banco se le acercaba una chica y, de un tirón, le arrancaron la medalla de oro del cuello», detalla. «La mujer empezó a correr y se metió en un coche que estaba esperándola. No sabemos si la han pillado», concluye.

Pese a la crisis, vecinos y comerciantes intentan hacer florecer la zona de las Cien Tiendas mientras siguen esperando ayuda por parte de las autoridades. Diario LA RIOJA ha insistido durante varios días en hablar con el Ayuntamiento de Logroño para que manifestara si era consciente de la situación del antiguo Maristas y si se piensan tomar medidas al respecto, pero no ha logrado ninguna respuesta. El futuro de la zona sigue siendo toda una incertidumbre.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios