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Los arreglos del adoquinado se sucedes según aparecen los desperfectos.
El enésimo 'parche' de la Mayor

El enésimo 'parche' de la Mayor

El adoquinado de la calle, con continuos desperfectos, acumula reparaciones a falta de una solución definitiva

Javier Campos

Miércoles, 1 de junio 2016, 21:01

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«Los arreglos se suceden varias veces al año, los desperfectos no tardan en volver a aparecer y, llegados a este punto, uno se pregunta si no sería mejor, o cuanto menos más barato, peatonalizar definitivamente la calle limitando el paso de vehículos». Quien así se expresa es una vecina 'sorprendida' ante una nueva reparación del pavimento de la calle Marqués de San Nicolás. La popularmente conocida como Mayor de Logroño registra desde hace dos semanas su enésimo 'parcheado'.

El adoquinado, que data de cuando José Luis Bermejo era alcalde -poco antes del año 2000- siguiendo el modelo implantado en todo el centro histórico -pavimentación semipeatonal en teoría, sin resaltes ni bordillos ni aparcamientos en superficie- dista mucho de ofrecer una buena imagen desde que hace dos años se retirasen los conocidos como 'chapones'.

Las planchas de acero colocadas en el 2008 a lo largo de toda la calle para supuestamente proteger el firme durante las numerosas obras que se fueron sucediendo e incluso solapando en los alrededores, fueron retiradas vía requerimiento municipal tras no pocas quejas ni protestas.

Grande fue la sorpresa cuando los vecinos, tras años de molestias, veían cómo por fin se cumplía su demanda de retirada, pero aún fue mayor cuando comprobaron el estado de lo que presuntamente protegían: desperfectos y más desperfectos en forma de losas partidas, adoquines reducidos a cascotes y hundimientos aquí y allá con marcas de óxido en la piedra después de tantos años que aún pueden verse.

Quienes la habitan

«Un desastre, no hay más que verlo», sentencian quienes la habitan a diario. Desde la semana pasada, y con San Bernabé a la vuelta de la esquina, el Ayuntamiento de Logroño acomete labores de prevención y mantenimiento del pavimento dado que la Mayor es parte del recorrido procesional. También se hace de cara a las fiestas de San Mateo. Y antes de cada Semana Santa. Se repara lo previamente reparado pues los 'repasos' ceden ante el tráfico rodado con más frecuencia de la deseable.

«Los desperfectos, una vez que se decidió dar ese tratamiento a la calle optando por un pavimento pensado más para una zona peatonal que para una de tráfico tan intenso, son inevitables... y como administración nos toca repararlos», reconocía el concejal de Transporte Urbano, Tráfico y Vías Urbanas, Francisco Iglesias. Un tráfico que, y ahí está la clave, se mantiene pese al fin de obras sin restricciones en la práctica y con una señalización equívoca y mejorable.

Vehículos se ven continuamente pese a que, atendiendo a sus señales, sólo se permite la circulación desde Sagasta en dirección a avenida de Viana. Y eso para vehículos de hasta 3.500 kilos... «furgonetas y camiones de reparto, generalmente». Desde Sagasta en dirección al Revellín quedaría prohibido el tránsito salvo para carga y descarga, de 7 a 12 horas, y vehículos autorizados. Y nadie acierta a decir quién o desde dónde se controla esa autorización. Tampoco se puede aparcar... Limitaciones hay, incluso nuevas señales de 'acceso restringido' y 'prioridad peatonal', aunque su cumplimiento ya es otra cosa.

«Nos toca asumir el desgaste y el parque de servicios se encarga de su mantenimiento con la partida de la que dispone anualmente», reconoce Iglesias. «Igual que pasa en las Cien Tiendas, García Morato, Gil de Gárate o cualquier zona en que el pavimento de la calzada no sea asfalto», añade quien dice «no ser quien para juzgar la decisión tomada en su día».

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