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Amigos, compañeros del colegio y muchas personas anónimas acudieron a la 'caparronada solidaria', celebrada en la calle Huesca.
La sonrisa
de Meritxell

La sonrisa de Meritxell

El dinero recaudado en el guiso solidario servirá para que se investigue la patología que sufre

ÁFRICA AZCONA

Domingo, 1 de febrero 2015, 23:39

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Meritxell llegó muy abrigada y con una amplia sonrisa. Sentada en la sillita que empujaba su madre, la pequeña, afectada por una dolencia en el sistema nervioso central, se vio de repente rodeada por un remolino de gente que la aguardaba junto al 'Rincón de Orozco', un pequeño bar convertido ayer en el 'rincón de la solidaridad' por la cantidad de personas que acudieron en su apoyo. Amigos de la familia, pero también muchos anónimos estuvieron en la calle Huesca para participar en la 'caparronada' popular organizada para recabar fondos que ayuden a investigar esta enfermedad sin cura.

Quienes han visto crecer a la «vivaracha» Meritxell la recuerdan siempre correteando y alegre pero también bailando, como comentaban algunas madres de Jesuitas que también se sumaron de forma espontánea al homenaje.

Las 180 raciones de caparrones (cada una al precio de 3 euros) preparadas se agotaron pronto. Pero comer era lo de menos. Mari, vecina del barrio logroñés de La Guindalera, quiso ir personalmente a apoyar a los padres después de leer la noticia de Diario LA RIOJA. Ella sabe que la solidaridad no cura, pero reconforta: «Se me acaba de morir un sobrino de 17 años y sé lo que sienten estos padres», decía.

A su lado Pilar también quería sumarse al apoyo general. «Me chocó el caso cuando lo leí y ahora que voy a ser abuela me da por pensar y me entristece que sea tan pequeña». Los comentarios se sucedían sobre la evolución de este extraño síndrome llamado Tay-Sachs, que ha llevado a Meritxell, con casi cinco años, a olvidar todo lo que aprendió, incluso a decir papá. Además, ya ha dejado de andar. «Es una niña muy querida, pero su abuelo me dice que se ha ido apagando...», comentaba otro de los asistentes.

Raúl, el padre, todavía alberga esperanzas de que la evolución regresiva de su hija se frene y, emocionado hasta las lágrimas, anunciaba su intención de realizar por su cuenta eventos como el de ayer promovido por el grupo de Facebook 'Tú no eres de Logroño si...'.

«Tenemos que sacar fondos para que se reanude la investigación que se venía desarrollando en Alemania y que se ha parado por falta de dinero...», resumía mientras era requerido por unos y otos.

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