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Desde el reloj se ofrece una magnífica vista.
Viaje a las entrañas de la sirena

Viaje a las entrañas de la sirena

Ibercaja organiza visitas guiadas al reloj de la plaza de El Espolón que a diario recuerda la vieja salida de las fábricas a las 12.00 horas

DIEGO MARÍN A.

Sábado, 24 de enero 2015, 00:00

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En 1948 Ibercaja coronó el edificio del número 1 de la calle Francisco de la Mata con un reloj mecánico llamado a reinar en la plaza de El Espolón de Logroño. A día de hoy, el reloj fabricado por Viuda de Murua, en Vitoria, y semejante al de la Puerta del Sol de Madrid, sigue siendo el único mecánico de toda la ciudad. El solar donde se asienta la casa sobre la que se erige el reloj lo dejó el antiguo seminario.

Uno de los elementos más emblemáticos y singulares es la sirena que suena diariamente a las 12.00 horas, en sustitución del antiguo 'Ángelus' de Radio Rioja, y que se instaló en 1952. Es un recuerdo del aviso para la salida de las fábricas en aquel Logroño de posguerra en el que las industrias se situaban en el entorno de la Gran Vía y en el Ebro, donde acababa la ciudad: Viuda de Solano, Fundiciones Elías, la Tabacalera, Jiménez, Fernández...

Para conocer toda esta historia viva de Logroño, el Centro Ibercaja La Rioja organiza visitas guiadas al reloj todos los viernes a las 11.30 horas, precisamente, para poder escuchar de cerca tanto la sirena como el 'Ya se van los pastores' que interpreta antes el carrillón. La visita, que debe concertarse previamente (941286826), cuesta 2 euros (que son destinados a fines sociales) y está limitada a grupos de no más de diez personas, por las reducidas dimensiones del habitáculo del reloj, al que se accede por los áticos.

La licenciada en Historia del Arte Cristina Sigüenza es la encargada de dirigir las visitas al reloj, que mantiene en hora el restaurador y campanero José Luis Tomás, quien relevó a Tomás Fernández Carrillo, que lo mantuvo activo durante 58 años. El mecanismo permanece perfectamente engrasado y cuenta con herramientas propias y cuatro partes: reloj, carrillón, campanas y sirena. Ibercaja incluso ha dispuesto un libro de visitas donde se repiten las palabras de agradecimiento y sorpresa por el descubrimiento.

«Empezamos hace dos años y casi por petición popular», recuerda Cristina Sigüenza, que asegura que, cuando el reloj se ha parado por un corte de electricidad o por una avería, hay gente ha entrado a la sucursal bancaria a reclamar su inmediata puesta en hora. «El reloj forma parte de la historia reciente de la ciudad», explica la guía, «la gente que viene a verlo lo asocia con su juventud y recuerda su vida de antaño». Otros, los más jóvenes, descubren que la sirena nada tiene que ver con motivos bélicos, como muchos niños asocian cinematográficamente. «Una señora me dijo que la oía desde Varea», apunta Cristina. Arriba, el viento silba y se pueden contemplar con superioridad las torretas de la plaza de Abastos y El Espolón. Resulta un pequeño y bello secreto desvelado.

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