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Viernes, 24 de octubre 2014, 22:43
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El espacio existente frente a la Concha del paseo del Espolón se transforma por las tardes en una pista de patinaje donde exhiben sus proezas, algunas realmente meritorias, los amantes de hacerlo sobre ese ruidoso artilugio llamado monopatín. Aparte de si el lugar es propicio para que se utilice a tal fin, resulta tremendamente peligroso para quienes lo cruzan, que son muchos, pues es el trayecto idóneo para quienes se dirigen desde el Muro de la Mata hacia Vara de Rey. Cruzar cuando los patinadores se esfuerzan por hacerlo «más difícil todavía» es exponerse a que le rompan a uno una espinilla o un tobillo.
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