Los pequeños visitantes de los huertos

Cultivo ecológico

En otro momento, los cultivadores de El Campillo se alarmaron por la aparición de unos caracolillos, pese a que no tenían efecto en los cultivos, y señalaron al Ayuntamiento la posibilidad de utilizar algún tipo de pesticida para acabar con ellos.

En las parcelas municipales no se emplean este tipo de productos. Entre las condiciones que se fijan, de entrada, figura el compromiso de cultivo ecológico e incluso se da algún tipo de formación en este aspecto para que los hortelanos se manejen a sus anchas sin necesidad de química. En aquella ocasión, la situación se salvó sin más intervención, cuentan desde el Consistorio. Bastó con dar un poco de tiempo.

No es raro que se acerquen este tipo de animalillos, los topos o topillos, porque aprecian en lo que vale la tierra limpia de elementos extraños. Otra cosa sería que la cantidad de ellos se desorbitara porque éstos, solos, no se iban a ir, con lo que la intervención debería ser distinta. Pero la situación no es ni mucho menos de plaga, señalan en la administración local. No hay más que ver lo lucidas que están las huertas que, en general, da gusto verlas, cuentan. En cualquier caso, sería una cuestión que debería analizar el consejo de la huerta que gestiona las parcelas y el Consistorio quizá pudiera prestar su ayuda.

La primera fase de los huertos cuenta con 68 parcelas, a la que se sumaron otras 82 en la segunda y 80 más que habrá dentro de unas semanas. A ellos se unen otras fincas que se adjudicaron a entidades sociales y que se usan, en algunos casos, para que chavales de entre 6 y 18 años aprendan desde el respeto a la naturaleza cuestiones alimenticias, pero, básicamente, compromiso.