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Á. A.
LOGROÑO.
Sábado, 17 de marzo 2018, 00:47
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El perito industrial y empresario riojano, de 77 años, Fernando Lázaro Torres recibió ayer el galardón al Ingeniero del Año, una distinción que reconoce toda una trayectoria dedicada a la ingeniería, convertida, en su caso, en una pasión que le viene desde pequeño, «cuando siempre estaba liado enredando con cacharros y los medios rupestres que teníamos por los años 50», como rememoraba ayer con motivo del reconocimiento del Colegio de Graduados en Ingeniería Industrial (Cogitir).
Su andadura siempre ha estado ligada a los peritos industriales, donde, «se ha sentido muy querido, arropado y considerado». El empresario, jubilado desde hace diez años, mostró su agradecimiento durante el homenaje celebrado en el Colegio de Ingenieros de la plaza San Bartolomé, un acto en el que estuvo acompañado por toda su familia y donde se trazó una semblanza de su vida profesional, que comenzó siguiendo la profesión de sus padres maestros, Rufina y Amadeo, que llegó a ser el director de la Escuela Aneja, pero que pronto abandonó para ingresar en la escuela de peritos.
Sus primeros pasos profesionales le llevaron a trabajar en Navarra en una empresa de maquinaria agrícola, donde patentó con éxito varias máquinas de sembrar. Ya en Logroño ocupó el puesto de responsable de producción en Imprenta Moderna, donde -como reconoció ayer a este periódico- pasó los años más felices de su vida por el compañerismo que se vivía en la empresa. Posteriormente, pasó a una empresa de plásticos, pero la crisis del petróleo les dejó sin suministro. Sin embargo, la vena emprendedora le llevó, junto a otros dos socios, a crear la firma Eurasper, dedicada a la gestión del agua. Años después y, ya en solitario, creó la empresa de origen familiar Fernando Lázaro, dedicada al mundo del agua y, en concreto, al riego y a la obra civil que conlleva el abastecimiento de agua, extendiendo su actividad a varios países latinoamericanos. La empresa continúa a pleno rendimiento. «No me he hecho rico, pero gracias a dios me ha ido bien, me ha dejado vivir dignamente y he criado cuatro hijos gracias a mi mujer», resumía emocionado.
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