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DIEGO MARÍN A.
Martes, 24 de abril 2018, 23:32
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El 28 de septiembre del 2017 el joven logroñés Miguel García Alonso llegó a Lodz, la tercera ciudad más poblada de Polonia, aunque no llega a los 700.000 habitantes. Allí está cursando Ingeniería Mecánica gracias a una beca Erasmus concedida desde la Universidad de La Rioja. «Tenía varios destinos para elegir pero me decanté por Lodz por su localización, ya que me aportaba muchas facilidades a la hora de viajar por Europa, por las buenas instalaciones de su universidad, la posibilidad de realizar mis estudios en inglés y por los bajos precios en relación con España», reconoce Miguel, de 20 años, quien también confiesa: «Siempre me ha encantado viajar, conocer nuevos lugares y culturas, y me apetecía mucho cambiar de aires completamente, ya que llevo toda mi vida viviendo en Logroño». No obstante, Miguel cuenta con que la realidad le devolverá a la capital riojana al finalizar el curso.
En Lodz, Miguel ha descubierto que «los polacos suelen ser, a simple vista, bastante fríos y serios pero, cuando los conoces, la mayoría son todo lo contrario». «También tienen un fuerte sentimiento de patriotismo y no tienen miedo a exponer sus ideas y su bandera en cualquier lugar», considera, y le llama la atención que «los jóvenes son bastante disciplinados con el trabajo» y que «casi todos hablan con fluidez un segundo y hasta un tercer idioma, cosa que en España esto no ocurre».
El cambio de vivir solo en un país extranjero, cuando hace apenas unos meses residía con sus padres, ha sido grande pero «a mejor, estoy aprendiendo un montón de cosas». Allí viaja a menudo, aprovechando que está «justo en el centro de Europa» y que «mediante trenes o autobuses tengo a mi alcance muchos destinos por un precio bastante bajo». En apenas seis meses ha viajado mucho y asegura que no se aburre.
También estima las diferencias entre Lodz y Logroño. «El clima es diferente, sobre todo en invierno, donde he llegado a ver los -18ºC y más nieve que en toda mi vida», explica.
Una cosa que echa de menos, además de a la familia y a los amigos, es la gastronomía: «Aunque la comida polaca sea buena, como la española no hay ninguna y, en especial, la riojana».
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