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Lunes, 18 de junio 2018, 08:32
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Las posibilidades que encuentran los visitantes no dejan de aumentar. Mientras en la capital siguen creciendo las iniciativas tendentes a alojar viajeros de las distintas formas posibles, a la vez se debate sobre cómo regular algunas de estas fórmulas nuevas. ¿Qué está sucediendo? Si hace unos días la alcaldesa, Cuca Gamarra, confirmaba que el permiso para que el edificio de Correos se convierta en hotel ya se está tramitando en el Consistorio, en los últimos meses el Ayuntamiento ha concedido, además, licencia de obras y actividad a, al menos, tres iniciativas de apartamentos turísticos.
Una está en la calle Lardero, donde se ha previsto la construcción de 25 apartamentos. En el caso de Portales 22 se trata de rehabilitación de un edificio para ese mismo uso. Y también habrá alojamientos de este tipo junto al parque Miguel Hernández, en los bajos de uno de los edificios que en su día diseñó Rafael Moneo y construyó la cooperativa Vitra.
No es lo mismo un apartamento turístico que una vivienda turística, recuerdan en la Asociación Riojana de Hoteles. Y ello porque los apartamentos tienen unas normas que cumplir y que van desde las medidas antiincendios al registro de viajeros o a la atención directa a partir de determinado número de alojamientos.
«Las mismas viviendas turísticas pueden resultar competencia desleal para los apartamentos, aunque para el cliente resulte lo mismo», indican desde este colectivo.
También se está debatiendo en los últimos tiempos cómo abordar la nueva realidad que surge de la proliferación de estas viviendas turísticas. Hace unos días, el pleno de la Corporación aprobó una moción que planteaba que estén sujetas a licencia urbanística y cuenten con el permiso de la comunidad de vecinos.
Los problemas no son aún tan graves como en otras ciudades, pero se trata de lograr que no lleguen a estos extremos. El responsable regional de Turismo, Eduardo Rodríguez Osés, señala que el Gobierno autonómico tiene un grupo de trabajo en el que participan desde la Federación Riojana de Municipios al Ayuntamiento de la capital, pasando por los responsables policiales, la Inspección de Trabajo y la Agencia Tributaria para ir actuando frente a lo que sucede en esta materia.
Apunta Rodríguez Osés que La Rioja fue de las primeras comunidades en regular los pisos turísticos, allá por marzo del 2017. El actual decreto ya los contempla y su entrada en vigor puso en marcha un registro en el que figuran más de 600 viviendas, el 55% de las cuales se encuentran en Logroño (otra buena parte en Rioja Alta y, sobre todo, en Ezcaray).
De la mano del grupo de trabajo, se puso en marcha una inspección que ha dado como resultado la apertura de más de sesenta expedientes sancionadores por viviendas no registradas. Las multas van desde los 2.000 a los 6.000 euros y no sólo se están pagando, cuenta Rodríguez Osés, sino que también está haciendo que las viviendas se registren.
En cualquier caso, contó que se está estudiando la posibilidad de endurecer algunos de los aspectos de las viviendas de uso turístico, con condiciones que contemplen que las plataformas que publican los anuncios identifiquen el número de registro de los pisos, que las habitaciones cumplan una superficie mínima, que se determine un límite de capacidad o la posibilidad de que haya placas en las viviendas.
Y también se prevé marcar determinadas prohibiciones porque se han encontrado algunos sitios que son casi espacios de ocio preparados para espectáculos, música... que generan molestias; por tanto, se pretende que las viviendas sólo se dediquen a las funciones de hospedaje. Eso sí, cualquiera de los cambios del decreto debería pasar por unos trámites que implican meses.
Respecto al papel de los ayuntamientos, entiende que no se pueden extralimitar y que, en todo caso, han de ajustarse a las normas nacionales y europeas. El director general resalta el aumento de la capacidad turística que estas viviendas han aportado y calcula que, con cerca de 600 pisos, con muchos de 6 a 8 camas, han añadido 4.800 plazas.
En el pleno logroñés de hace unos días, los socialistas, que fueron quienes presentaron la iniciativa, dijeron que «este tipo de viviendas está provocando nuevos problemas», como la subida de los alquileres o de convivencia con los vecinos, para apostillar la preocupación de los hoteleros por la competencia desleal al tratarse de «una cuestión que está desregulada y que no genera ni empleo, ni valor añadido».
Desde el Gobierno regional, que, por cierto, se abstuvo, se coincide en el necesario control, pero ya avanza que algunos aspectos «próximamente se resolverán en la normativa autonómica, como la capacidad máxima de inquilinos, los datos de identificación o la cédula de habitabilidad». En Cambia Logroño hablan de «nueva burbuja», en este caso, turística. Y en Cs quieren una norma nacional y no regulaciones fragmentadas.
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