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La neurocirujana riojana Ana Aransay descubre una terapia para tratar la esquizofrenia y la depresión

La terapia de estimulación cerebral también se ha mostrado efectiva en los ensayos en casos de drogodependencias

efe

Logroño

Sábado, 12 de agosto 2017

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La doctora riojana en Neurocirugía Ana Aransay ha detallado a Efe su investigación doctoral con ratones que podría aplicarse en humanos con terapias de estimulación cerebral profunda para tratar enfermedades psiquiátricas como esquizofrenia, depresión y trastornos adictivos como drogodependencias.

Aransay (Logroño, 1983) estudió medicina en la Universidad de Navarra y posteriormente ha realizado el doctorado en el departamento de Anatomía, Histología y Neurociencia de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, donde acaba de obtener la calificación "Cum Laude" en su tesis doctoral.

La investigación, que se ha prolongado durante nueve años, se titula "Área tegmental ventral del ratón, estudio de sus proyecciones eferentes a nivel poblacional y de célula única".

En ella, esta doctora se ha centrado en deconstruir las neuronas que están localizadas en un núcleo del cerebro denominado área tegmental ventral, que es "una estructura muy importante en el sistema de recompensa", especialmente para tratar casos de adicción por drogodependencias.

ANA ARANSAY

Esta zona cerebral tiene mucha incidencia para regular las adicciones y también con enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia y la depresión, ha explicado esta doctora, quien actualmente pasa consulta en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

En su tesis doctoral, que comenzó en 2008 mientras realizaba la residencia el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, se ha centrado en analizar con detalle las neuronas de esa zona cerebral para averiguar con qué otras estructuras del cerebro conectaban.

Estudio único

"La principal novedad es que no hay ningún estudio similar", ha asegurado, ya que hasta ahora se habían realizado investigaciones sobre reconstrucción de neuronas de otros núcleos, pero no en el área tegmental ventral.

Para ello ha utilizado viriones, que son unas partículas que han perdido su capacidad de infección, pero que invaden la neurona, pero la marcan mediante una proteína fluorescente, lo que posteriormente permitía a los investigadores reconstruir fragmento a fragmento todos los cortes realizados en el cerebro del ratón, que podrían alcanzar los 120 por animal.

Esta investigación, ha relatado, podría tener aplicación para tratar enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia, porque "demuestra por primera vez que hay neuronas que están inervando las zonas que están alternadas, como la corteza cerebral y las estructuras límbicas".

Además, ha dicho que esta estructura utiliza como neurotransmisor la dopamina. El siguiente paso sería realizar otro estudio para confirmar este descubrimiento en animales, mediante estimulación cerebral profunda con modelos de ratones esquizofrénicos.

Para Aransay, una vez que se confirmasen los resultados en esta segunda investigación, en un plazo de cinco años o menos podría realizarse un ensayo clínico en humanos.

Tratamientos análogos

El tratamiento en personas sería similar al que ya se emplea para combatir el Parkinson, pero se utilizaría otra diana, ha precisado, ya que en esta enfermedad el objetivo es el núcleo subtalámico y en la esquizofrenia o los trastornos adictivos se emplearía el área tegmental ventral.

Esta neurocirujana ha detallado que en algunos casos de depresión en los que el paciente no responde al tratamiento farmacológico ya se están utilizando terapias de estimulación cerebral profunda en áreas diferentes al área tegmental ventral.

La aplicación de estos tratamientos sería "un gran avance", especialmente en pacientes esquizofrénicos, ya que los tratamientos actuales "controlan un poco los síntomas", pero estos enfermos no pueden llevar una vida normal y experimentan un "deterioro progresivo", ha asegurado.

Con 33 años, esta doctora que sueña con trabajar en La Rioja ha reconocido que culminar su tesis doctoral ha supuesto "un impulso" para seguir investigando, al comprobar que "el esfuerzo y sacrificio de casi diez años dan sus frutos".

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