«Es un modelo seguro y el paciente está más cómodo»

- ¿Cómo ha cambiado la unidad en estos catorce años?

- El servicio se puso en marcha en el 2004 y el arranque fue difícil porque costó ganarse la confianza tanto de los pacientes como de los médicos. Pero hoy, catorce años después, nos hemos ganado el prestigio y tenemos el problema contrario porque hay pacientes que te reclaman el servicio incluso cuando en su caso les conviene seguir en el hospital.

- ¿Hay muchos rechazos?

- Una cosa son los ingresos, el pasado año se dieron 1.583, y otra las solicitudes, que se elevaron hasta las 2.007 en el 2017. Hay un número importante de peticiones que se rechazan, bien por motivos clínicos, porque consideramos que debe seguir en el hospital o porque se le puede dar de alta con Atención Primaria sin necesidad de la hospitalización a domicilio, bien porque el paciente o sus familiares rechazan este servicio. Las solicitudes por falta de cupo no son, afortunadamente habituales, aunque alguna vez ha ocurrido, sobre todo en los pueblos, donde el número de plazas es más limitado.

- Entonces, ¿tienen que estar todas las partes de acuerdo?

- Sí, el ingreso en esta unidad es voluntario, eso es importante aclararlo. Yo suelo explicar que es como un taburete de tres patas: el paciente, los cuidadores y los médicos y tenemos que estar todos de acuerdo.

- ¿La unidad del San Pedro y la de Calahorra cubre toda La Rioja?

- La de Fundación Hospital de Calahorra cubre todo el territorio de La Rioja Baja y nosotros, desde el hospital San Pedro, el resto de la comunidad, excepto Los Cameros porque creemos que sería arriesgado tener a una persona mínimamente enferma en una zona a la que cuesta llegar en caso de urgencia, lo que no garantizaría una buena asistencia. En cualquier caso, solo queda fuera de la cobertura el 1% de la población riojana.

- ¿Qué ventajas ofrece el sistema?

- Hay ya mucha evidencia nacional e internacional de que con la hospitalización a domicilio, seleccionando bien a los pacientes, el resultado es igual, como mínimo, al ingreso hospitalario. Es un sistema seguro, sin duda, y además nosotros estimulamos mucho la participación del cuidador y del paciente, que se siente infinitamente más cómodo porque está en su medio y es dueño de la situación, frente a la estancia en un hospital que para mucha gente puede convertirse en un lugar hostil, con extraños y horarios especiales.