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Radiografía de la vivienda riojana

Radiografía de la vivienda riojana

Casi la mitad de las 129.400 viviendas censadas en La Rioja fue construida antes de 1980 | Con un censo de 6.200 residencias por encima de los 97 años, las ejecutadas con posterioridad al 2010 son solo un millar

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Martes, 8 de mayo 2018, 21:31

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Sin fecha para su jubilación, pero con riesgo de achaques y la necesidad de no descuidarse en los chequeos preventivos. El parque inmobiliario riojano ha dejado ya atrás su adolescencia y gran parte de su juventud. De las 129.400 viviendas censadas en la región, según la Encuesta Continua de Hogares 2017 hecha pública recientemente por el INE, el 47,14%, 61.000 unidades, ha superado ya los 38 años de edad al haber sido edificadas antes de 1980.

De ellas, 24.700, el 19,08% se construyeron entre 1971 y 1980; otras 16.600, el 12,82%, se edificaron entre 1961 y 1970 y rondan el medio siglo; 7.400 más (5,71%), entre los años 1951 y 1960; 3.000 (2,31%), entre 1941 y 1959; otras 3.100 (2,39%), entre 1921 y 1940; 6.200 (4,79%) han rebasado ya los 97 años al ser levantadas antes de 1921... Un cúmulo de datos estadísticos que a los profanos nos dicen poco, pero que para los expertos suponen una radiografía con la que rubricar su diagnóstico.

  1. 24.50

    viviendas de La Rioja

    se construyeron entre los años 2001 y 2010 y otras 42.800 desde 1981

«Hay que reconocer que Logroño es una ciudad relativamente nueva, porque su expansión y crecimiento se produjo en las últimas décadas y no tenemos un parque edificatorio tan antiguo como otras capitales. Pero a partir de ahí sí tendríamos que evaluar qué hacemos, porque es verdad que 38 años empiezan a ser ya muchos o al menos una edad suficiente como para hacerle o haberle hecho ya un chequeo en condiciones y esto es mantenimiento, lo que peor hacemos», advierte Alfonso Samaniego, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja (COAR).

  1. 1.000

    viviendas censadas en la región

    se han edificado desd el 2010, una cifra escasa debido a la crisis

Distintas patologías

«Tenemos que empezar a cambiar un poco la política para acostumbrarnos a hacerles un mantenimiento a los edificios, como las revisiones de las personas o la ITV de los coches, para no solo ir detectando defectos, que también, sino para ir actualizándolos», defiende, para avisar de que «en un edificio de 38 años, sus instalaciones empiezan a estar ya mayores porque la normativa ha cambiado completamente. Se trata de ir poco a poco mejorando el edificio y actualizándolo conforme a la normativa actual para no encontrarnos en el futuro con un edificio de 60 años que sea realmente una ruina».

«38 años empiezan a ser muchos o al menos una edad suficiente para realizar un chequeo al edificio»

ALFONSO SAMANIEGO / DECANO DEL COAR

Tras lamentar que «desde el pasado año hemos perdido un elemento fundamental, el IEE (Informe de Evaluación del Edificio), que era exigido a nivel nacional para cualquier ayuda de rehabilitación y suponía un elemento muy eficaz tanto para chequear las partes fundamentales del edificio como para disponer de una visión general del parque edificatorio», Samaniego destaca que «cada edificio tiene su problemática por la tipología que se usaba cuando fue construido, e incluso por la época económica en la que se levantó, porque eso influye muchísimo en la calidad de los materiales.

Por eso, tenemos edificios muy antiguos excelentes ya que fueron construidos en época de bonanza con materiales y construcción de calidad; y otros, de solo 38 o 40 años, con unas deficiencias alarmantes térmicas, acústicas e incluso en sus instalaciones».

«La edad del edificio nos permite conocer el sistema constructivo y posibles patologías»

FERNANDO OCHOA / PRESIDENTE DEL COLEGIO DE APAREJADORES

Por su parte, Fernando Ochoa, presidente del Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de La Rioja, aclara que «la edad del edificio nos permite conocer su sistema constructivo y éste, el tipo de patologías que puede manifestar». Así, en un breve repaso histórico recuerda que «antes de 1950 el parque inmobiliario estaba constituido mayoritariamente por viviendas de estructura de madera y muros de carga, viviendas que son sensibles a tener patologías estructurales y deformaciones en estos elementos, que, a su vez, generan fisuras y grietas y asentamientos causados por humedad, ataques de xilófagos o agotamiento de la propia estructura».

Y prosigue: «Tras un periodo de viviendas de estructura mixta, en los años 70 empezaron a ser, generalmente, de hormigón, por lo que las patologías estructurales se reducen; pero al disponer de cerramientos de menor dimensión y no contar con aislamiento térmico e impermeabilizaciones, generan otro tipo de problemas». Del último periodo, desde los 90 hasta el 2004, el boom de la construcción, recuerda que «las posibles patologías se corresponden a defectos de habitabilidad».

De la bonanza a la crisis

Pero el recorrido al desglose de las viviendas riojanas por su año de construcción permite trazar también el camino histórico atravesado por la economía de la región, con un boom en la edificación durante las décadas de los años 70, 80, 90 y parte de los 2000 y el desplome que se acumula desde el 2010 con la crisis. «Llevamos diez años de parón como no se había visto nunca, con lo que a nivel de normativa acumulamos una década de retraso», señala el decano del COAR, Alfonso Samaniego, quien destaca que «las ciudades grandes arrancaron con fuerza hace dos o tres años, las intermedias empezaron a hacerlo el pasado año y Logroño aún no lo ha hecho, aunque en el 2017 empezamos a ver alguna grúa y espero que este año veamos el primer empujón».

Una visión que comparte Fernando Ochoa, quien aporta datos clave: «Las mil viviendas construidas desde el 2010 en La Rioja dan una idea de los efectos de la crisis. Desde el 2008, los visados de nuevas viviendas bajaron progresivamente y nuestra actividad quedó estancada hasta que en el 2016 se notó una ligera recuperación con la tramitación de algo más de 200 viviendas de nueva planta».

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