Juan Carlos Sanz Briz: «Es esencial recordar tanto el Holocausto como otros genocidios para evitar que se repitan»

-¿Cómo pudo su padre proteger la vida de tal cantidad de personas en un momento tan convulso?

-Cuando vio lo que estaba ocurriendo con la comunidad judía en Budapest, pidió repetidamente instrucciones al Ministerio de Asuntos Exteriores para saber qué debía hacer. No le contestaron pero tampoco le dijeron que no podía actuar, de modo que él tomo la iniciativa y en nombre de España, pero sin la autorización de España, hizo dos cosas. Primero, emitir pasaportes que daban protección a los judíos de origen sefardí en virtud de una normativa que ya estaba derogada pero que le sirvió, además, para hacer extensivos salvoconductos a judíos de aquel país. Por otro lado, como los nazis y los fascistas húngaros podían destruir esos documentos, alquiló una serie de edificios para albergar a sus portadores. Allí acudía él o alguno de sus colaboradores para rescatarles cada vez que tenían noticia de que iban a llevarlos a la comisaría o al tren para ser conducidos a algún campo de concentración. Cuando la Unión Soviética entró en Budapest todos fueron liberados, logrando de esa manera salvar a más de 5.500 judíos y sus descendientes.

-¿Qué le motivó si oficialmente no tenía ninguna indicación del régimen de Franco?

-Su conciencia. Cuando llegó a Hungría no pudo admitir cómo se trataba a la comunidad judía y su corazón le hizo reaccionar así, jugándose no sólo la carrera diplomática que acababa de iniciar sino su propia vida. Un acto muy valiente y heroico, aunque nunca lo interpretó en esos términos ni pensó en reconocimientos, sino en actuar como debía hacerlo un ser humano de bien.

-El reconocimiento de figuras como la de Sanz Briz contrasta con las protestas de buena parte de la sociedad contra Israel por su represión al pueblo palestino.

-Yo creo que mi padre hubiera reaccionado de la misma forma si se hubiera tratado de personas de otro culto. No lo hizo por motivos religiosos o ideológicos, porque de hecho apenas conocía a judíos cuando llegó a Budapest. Se trató, simplemente, de defender los derechos humanos.

-La exaltación del pueblo judío por el dolor sufrido durante el nazismo son ahora duras críticas por el uso de la fuerza del sionismo.

-Mi padre no exaltó al pueblo judío. Lo que hizo fue salvar de la muerte a muchos seres inocentes que eran judíos, pero no fue para nada una acción política sino, como le digo, humanitaria. En aquel momento, la invasión de Hungría por parte de Hitler estaba provocando el asesinato de miles de personas. Por eso es esencial que tanto el Holocausto como otros genocidios sean recordados para intentar evitar que se repitan. Tras aquello se han producido otras masacres masivas en Camboya, Ruanda, Irak, Siria y también en cierta medida en Myanmar. El ser humano debe ser consciente de que tragedias así pueden reproducirse y, por eso entiendo que la educación y seminarios como éste en Logroño son vitales para recordar a figuras que fueron justas obrando valientemente y, además, pueden inspirar a otros si se da el caso.

-¿Ayuda a esa actitud el aplauso de Israel a la decisión de EEUU de romper el pacto nuclear con Irán?

-Trump ha tomado esa decisión en contra de sus principales aliados y cambiando radicalmente la política de Obama porque entiende que Irán está convirtiéndose en una potencia neutral y no cumple lo acordado. Es un tema de política exterior y cada uno tiene sus teorías. Sólo cabe esperar y ver qué consecuencias depara el futuro.