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Frutales inundados en Alfaro, durante la crecida del Ebro de los últimos días. : Foto Ernesto Pascual / Vídeo: Diegou Play

La crecida del Ebro arrasó cerca de 250 hectáreas de cultivo en Alfaro

Las mayores pérdidas se registran en fincas de peral y previstas para tomate, si bien el agua inundó hasta mil hectáreas de terrenos con choperas y huertas

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Miércoles, 18 de abril 2018, 09:38

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La última crecida del Ebro, que el pasado viernes alcanzó su tercera mayor cota en cuatro décadas en la zona de Alfaro, ha dejado un rastro de alrededor de 250 hectáreas de cultivo arrasadas en el entorno del municipio riojabajeño, según estimaciones de ARAG-Asaja.

El secretario técnico de la organización agraria, Igor Fonseca, indicó que las pérdidas más significativas se localizan en cerca de 150 hectáreas con peral y en otras 100 hectáreas con destino a tomate que, en vista del estado en que ha quedado el terreno, no se podrán llegar a plantar. A esto habría que sumar siete más en las inmediaciones de Calahorra y Aldeanueva de Ebro, con peral y cereal, que también se han ido al traste.

«En Alfaro hay hectáreas de peral totalmente inundadas con hasta dos metros y medio de agua por lo que, en un momento en que la pera se encuentra en floración, la cosecha se puede dar por perdida», sostuvo.

Fonseca señaló que los agricultores comenzaron ayer a dar parte a los seguros de los siniestros, después de que hasta el pasado lunes no pudieran acceder a sus fincas embebidas por el fango. «Aún están valorando los daños», apuntó, por lo que todavía no se pueden cuantificar económicamente las pérdidas.

Aunque se prevén serias no sólo en frutales, sino también en el tomate. «La avenida ha afectado a parcelas que se habían preparado para poner tomate en fechas próximas y en las que no se va a poder llevar a cabo la plantación», avanzó.

Pero el secretario técnico de ARAG-Asaja amplió hasta las mil hectáreas la zona que el Ebro ha llegado a anegar sólo en el entorno de Alfaro. En las dos márgenes del cauce a su paso por localidad riojabajeña se sitúan, además de los citados perales y plantaciones de tomate, numerosas huertas y choperas que han quedado a su vez a merced de los designios de un Ebro con otra crecida histórica como la del 2015.

La broza, la maleza y los residuos en forma de plásticos que el río ha depositado en las choperas y fincas obligarán a los agricultores a extremar las labores de limpieza para contener el desarrollo de enfermedades que afecten a las plantaciones.

Menor impacto

«Esta vez los daños han sido menos serios que en el 2015 porque en la mayoría de los casos la entrada del agua se ha producido al rebasar el dique de contención. Salvo en algún punto, éste no se ha roto, por lo que la llegada del agua ha resultado menos virulenta», describió Fonseca.

No obstante, el secretario técnico de ARAG-Asaja trasladó la desazón que reina entre los productores agrícolas de la zona. «Todos coinciden en que esto se tendría que haber tratado de evitar. En los dos años que hemos tenido de intensa sequía (2016 y 2017), las administraciones, y sobre todo la CHE, tendrían que haber aprovechado que el río se redujo a la mínima expresión para hacer una limpieza del cauce, tan necesaria para evitar estas avenidas», consideró.

A falta de esta actuación, a quienes enfrentan una nueva riada en el entorno de Alfaro no les resta más que aferrarse a la compensación que les dé el seguro. El frutal cuenta con estas pólizas en un porcentaje muy mayoritario. En cambio, en el caso de huertas y cultivos que no se han llegado a plantar, como el tomate, la pérdida la asume el agricultor.

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