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El 'comando Vizcaya' planeó matar al juez Marlaska tras convertir Ezcaray en centro de sus operaciones

El 'comando Vizcaya' planeó matar al juez Marlaska tras convertir Ezcaray en centro de sus operaciones

La dirección de la banda ordenó asesinar al magistrado, recién nombrado ministro de Justicia, tras saber que tenía un piso vecino de la casa de una etarra detenida en la urbanización «El Cardizal»

M. SÁIZ-PARDO/A. TORICES/C. NEVOT

Miércoles, 6 de junio 2018

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La cúpula de ETA ordenó en 2008 al jefe del desarticulado comando Vizcaya, el «liberado» Arkaitz Goikoetxea, asesinar al entonces titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, uno de los jueces más conocidos en los últimos años de la lucha antiterrorista y recién nombrado por Pedro Sánchez como nuevo ministro de Justicia. El cabecilla etarra, que fue detenido en julio de 2008 junto a otros ocho activistas, confesó que la dirección de la banda le comunicó que el atentado contra el magistrado debía ser «prioritario».

Sin embargo, el comando todavía no había tenido oportunidad de realizar los seguimientos ni de preparar el ataque, ya que en los últimos meses había tenido una actividad frenética con otros muchos atentados dentro y fuera del País Vasco. Según la declaración de Goikoetxea ante los funcionarios de los servicios de Información en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, la orden de intentar matar a Grande-Marlaska la recibió en Francia antes de que a finales de agosto del 2007 empezara a liderar el reconstituido comando Vizcaya, y antes, incluso, de comenzar su campaña de atentados con el ataque a la casa cuartel de Durango.

Las propiedades de la familia de ETA en La Rioja

Ezcaray se convirtió en el 2008 en uno de los enclaves desde los que operó el comando Vizcaya hasta que fue desmantelado. En el casco urbano de la villa riojalteña llegaron a contar con tres viviendas, aunque ninguna de ellas era propiedad directa de los etarras. Dos eran de familiares de miembros del comando, en concreto, la que estaba localizada en la entrada del municipio, en el edificio «El Fuerte II» estaba relacionada con Iñigo Gutiérrez Carrillo y otra, situada en la urbanización El Cardizal, estaba vinculada a los familiares de Maialen Zuazo. Un tercer piso, también en «El Cardizal», fue alquilado en enero del 2008 por la etarra Olga Comes, quien vivió en ese inmueble hasta mayo con los cabecillas del comando Jurdan Martitegi, que poco después pasó a ser número uno de la banda, y Arkaitz Goikoetxea. En la misma edificación el juez Fernando Grande-Marlaska poseía una vivienda para el verano.

En Logroño, los liberados del complejo Vizcaya también contaban con otra vivienda. De hecho se escondieron de enero a julio del 2008 en el piso de la calle Isaac Albéniz, en el barrio de El Arco, que también había alquilado la etarra Olga Comes. Desde este inmueble prepararon los atentados de las casas cuartel de Calahorra y Legutiano y el ataque al Club Marítimo de Getxo.

La dirección de la banda -explicó el terrorista durante el interrogatorio- propuso a Goikoetxea el asesinato del juez cuando el etarra comentó que el centro de actuación de su futuro comando y uno de sus pisos francos iba a ser la casa del padre de su novia, la también detenida Maialen Zuazo. La familia Zuazo poseía una residencia en la urbanización «El Cardizal» de Ezcaray, donde también la familia del juez, de origen bilbaíno, tenía una segunda residencia.

Siempre de acuerdo con la declaración de entonces del «liberado», durante los últimos meses, los terroristas se desplazaron en varias ocasiones a la casa de El Cardizal, tanto para fabricar los zulos en los cercanos municipios de Valgañón y Santo Domingo como para hacer informaciones de objetivos en La Rioja. A pesar de que acudieron con frecuencia a las inmediaciones de la casa de Grande-Marlaska, jamás le vieron allí, insistió el «liberado».

La propuesta de la dirección etarra para perpetrar el asesinato era la colocación de un coche-bomba, ya que consideraba inviable, habida cuenta de la protección del juez, un atentado con disparos. ETA estaba dispuesta a facilitar el vehículo cargado de explosivos pero el comando jamás llegó a requerir la entrega del vehículo, según responsables de la lucha antiterrorista. Dentro de aquel «núcleo duro» al que ETA encomendó matar a Grande-Marlaska también estaba Asier Borrero Toribio, el huido, amigo de cuadrilla de Goikoetxea, en cuyo coche la Guardia Civil encontró los documentos y planos que sacaron a la luz la «pista riojana» del comando Vizcaya.

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