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Ceniceros llama a un «acuerdo social entre generaciones» para conquistar el futuro de La Rioja

Ceniceros llama a un «acuerdo social entre generaciones» para conquistar el futuro de La Rioja

El presidente anuncia en su discurso de San Millán su intención de sellar la Ley de Participación Ciudadana

Jorge Alacid

Logroño

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Sábado, 9 de junio 2018, 13:45

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Entre citas de Adolfo Suárez, Federico Mayor Zaragoza y el filósofo francés Hugues-Félicité Robert de Lamennais. Entre elogios a los premiados este 9 de junio en San Millán (Pablo Sáinz Villegas, Alberto Corazón, Pioneros y Crónicas Najerenses). Entre el repaso a sus propias palabras del año pasado en el mismo acto y entre el recurrente recordatorio a los riojanos que viven fuera de su tierra, José Ignacio Ceniceros ha aprovechado el Día de La Rioja para fortalecer el discurso habitual desde que fue elegido hace tres años presidente del Gobierno. Palabras como diálogo, consenso o transparencia han vuelto a poblar el mensaje institucional, que se ha detenido también en la reivindicación de algunos de sus logros al frente del Palacete. La reducción del paro, la aprobación del plan de calidad democrática o la entrada en vigor de iniciativas como la Renta Ciudadana han vertebrado buena parte de su intervención, contenida en seis folios y pronunciada ante una multitudinaria representación de la sociedad riojana que llenaba el patio del monasterio de Yuso.

No ha sido un discurso con demasiadas novedades. Apenas alguna mención, bien que inconcreta, a sellar «un acuerdo social entre generaciones» que, inscrito en los deberes impuestos en torno al Pacto por la Emancipación impulsado por su Gobierno, permita a la región conquistar el futuro. Un futuro «que no puede deslumbrarnos», ha advertido Ceniceros, enigmáticamente. Un futuro donde sitúa también otras de sus propuestas más novedosas, la llamada Ley de Participación Ciudadana y Colaboración Social, que ha fijado como prioridad para el año que resta de actual legislatura, pero sobre la que no ha ofrecido más detalles.

Su mensaje, que sí ha incorporado referencias al aniversario de la Constitución, que cumplirá en diciembre 40 años, ha pasado sin embargo muy por encima del otro gran texto legal que consolida la arquitectura institucional de La Rioja: su Estatuto de Autonomía. El Estatuto que Ceniceros pretendía haber reformado durante su mandato, aprovechando los vientos de renovación que soplaban por el Parlamento cuando tomó posesión de su cargo. Puesto que todo apunta a que, de nuevo, la prometida reforma encallará en la discrepancia entre partidos, el presidente ha preferido refugiarse en el tópico antes que anunciar alguna intención más concreta. «Confío en que podamos estar a la altura que exigen los tiempos para cerrar un acuerdo en torno a un Estatuto del siglo XXI», se ha limitado a subrayar, ya en la parte final de su intervención. Que ha concluido con vivas a La Rioja y con una petición: «Deseo que sepamos convertir muchos horizontes individuales en nuestro horizonte colectivo».

El discurso completo

Queridos riojanos.

Hoy, 9 de junio, es el Día de La Rioja. Un día en el que conmemoramos la constitución de La Rioja en comunidad autónoma, como expresión de su identidad histórica y de la voluntad popular. Por ello, quiero que mis primeras palabras sean para felicitar a los riojanos. Porque la autonomía fue un logro colectivo y, en el ejercicio del derecho al autogobierno, reconocido por nuestra Constitución, que pronto cumplirá 40 años, cada día construimos La Rioja entre todos.

Disfrutad de este día dedicado a exaltar nuestra capacidad para gobernarnos a nosotros mismos, para conferirnos una organización territorial e institucional como comunidad, y para preservar y proyectar hacia el exterior nuestra singularidad y nuestro acervo cultural. Os corresponde a los ciudadanos un papel principal en esta celebración, porque todos los que vivís y trabajáis en La Rioja sois quienes contribuís al desarrollo y articulación de la sociedad riojana.

Hace un año, con ocasión del 35º aniversario de nuestro Estatuto de Autonomía, propuse aquí «renovar el pacto social y político por la autonomía». Como dije entonces, «se dan las condiciones para superar enfrentamientos y divisiones, y trabajar unidos para hacer frente con éxito a los retos de comunidad que tenemos planteados en el horizonte». Humildemente, pienso que, durante este tiempo, hemos dado pasos muy importantes en la dirección marcada.

El espíritu de diálogo y consenso en torno a grandes temas de la agenda regional ha dado frutos concretos en todos los ámbitos posibles. Y algunos de los acuerdos alcanzados pueden considerarse en cierta manera históricos, porque, por encima de los intereses personales o políticos de cada uno, hemos sido capaces de pensar en el interés general y el bien común. Porque sabemos que cediendo todos, ganan los riojanos. En efecto, me estoy refiriendo:

Al Plan de Calidad Democrática, vinculado a la futura reforma de nuestro Estatuto de Autonomía.

A la entrada en vigor de la Ley de Renta de Ciudadanía, un compromiso con los riojanos más vulnerables.

Al Pacto por la Emancipación de los Jóvenes Riojanos, una respuesta sincera para trabajar en nuestro mañana.

Al pacto por las infraestructuras de comunicación dependientes del Estado, para potenciar nuestras capacidades.

Y a la posición común sobre el nuevo modelo de financiación autonómica, para garantizar los recursos suficientes para financiar nuestras competencias presentes y futuras.

Todos ellos armonizan con el renovado pacto por la autonomía y constituyen, sin duda, una práctica de la nueva gobernanza de la realidad riojana. Una forma de hacer políticas públicas basada en gobernar con los ciudadanos, escuchando su voz y la de sus legítimos representantes, para mejorar la toma de decisiones y alcanzar juntos nuestros objetivos comunes, en torno a un liderazgo compartido y bajo los principios del gobierno abierto.

Nuestra prioridad sigue siendo crecer y crear empleo, dentro de la agenda riojana de consolidación económica y promoción social. Y nuestra voluntad, trabajar en consenso con los grupos políticos y los agentes económicos y sociales para dar respuesta a los retos de comunidad. Eso es lo que estamos haciendo: construir entre todos La Rioja sobre la base de los valores del gobierno abierto: la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana y la colaboración.

Durante esta legislatura, hemos tratado de tejer amplias áreas de entendimiento y acuerdo, en particular con los grupos presentes en el Parlamento, sobre los problemas que nos afectan a todos. Todo ello está dando unos resultados positivos que nos deben llenar de confianza acerca de nuestro futuro común. La mejora de la economía riojana es un hecho. La Rioja mantiene un crecimiento sostenible, con la tasa de desempleo más baja de los últimos nueve años.

Es innegable que, al revitalizar el diálogo social, hemos colaborado en la reducción del paro en más de 6.100 personas, más de 6.100 hombres y mujeres que se han incorporado al mercado laboral. Además, la reciente aprobación por parte del Consejo del Diálogo Social de un anteproyecto de ley para favorecer la implantación de proyectos empresariales estratégicos abre nuevos espacios de oportunidades para la inversión.

Este clima de estabilidad:

contribuye a la creación de más y mejor empleo;

garantiza nuestro progreso económico, social, medioambiental y cultural;

nos ayuda a afrontar el reto digital y a transitar hacia una economía basada en el conocimiento;

aviva nuestra internacionalización,

y nos permite avanzar en la mejora del bienestar y la cohesión social.

La Rioja es una comunidad joven desde el punto de vista institucional: ahora se cumplen 36 años de la promulgación de nuestro Estatuto, pero el aumento de la esperanza de vida, la tercera más alta a nivel europeo, y el descenso de la natalidad, plantean incertidumbres. Ello nos ha llevado a introducir en la agenda política un conjunto de retos estratégicos para nuestra comunidad. El desafío demográfico es una de nuestras prioridades.

Dentro de este objetivo, hemos impulsado el mencionado Pacto por la Emancipación de los Jóvenes. Hoy, quiero dirigirme particularmente a ellos. La Rioja está preparada para imaginar nuevos horizontes con vosotros para el desarrollo de nuestra comunidad, basados en vuestra creatividad, capacidad y talento. Con nuestros jóvenes, somos presente y somos futuro. Y con vosotros queremos construir el porvenir. El futuro común que, para nosotros, es La Rioja.

Quiero incorporar a la juventud a nuestro proyecto compartido. Creo que debemos aprender a mirar con los ojos de nuestros jóvenes y volcarnos en su formación y en sus posibilidades laborales, porque una juventud preparada y con oportunidades nos orienta hacia una comunidad con más futuro. Nadie mejor que ellos para hacer una Rioja mejor y más justa. Pero hagamos también visibles a esos jóvenes que sufren mayor precariedad por estar menos formados, son quienes más nos necesitan. Veamos también en ellos personas extraordinarias.

Como decía un filósofo francés1, «el pasado es como una lámpara colocada a la entrada del porvenir». Yo afirmo que el pasado está ahí y nos alumbra, pero el futuro no puede deslumbrarnos y debemos conquistarlo entre todos. Por ello, es imprescindible sellar un acuerdo social entre generaciones que asegure unas condiciones favorables para el presente de la juventud, que hagan posible que los jóvenes asuman el compromiso con el mañana de La Rioja.

Nuestros riojanos en el exterior también son hoy en gran medida jóvenes: los descendientes de los riojanos que tuvieron que irse lejos en busca de una vida mejor y que hoy sentimos cerca celebrando en cada centro este Día. Y la nueva emigración, cuyo regreso conforma ese capital joven al servicio del desarrollo económico y social de La Rioja.

Todos ellos mantienen vivas las señas de identidad de La Rioja en el extranjero y son ejemplo del carácter emprendedor y del talento riojano.

La Rioja es la suma de los riojanos. Integrar a los jóvenes, pues, es contar con todos. Hay que unir generaciones y esfuerzos para hacer frente a los retos de comunidad. En palabras de Federico Mayor Zaragoza, recientemente investido doctor honoris causa por la Universidad de La Rioja, la confluencia de la fuerza de la juventud con la experiencia de los mayores «es palanca insustituible para remover los obstáculos más sobresalientes de los tiempos que se avecinan».

Hace un año, dije que la voluntad fue «la fuerza poderosa para la consecución de la autonomía riojana». Es bueno recordar que el impulso inicial del proceso autonómico nació realmente de los ciudadanos. Ellos fueron los verdaderos protagonistas; los que abanderaron la defensa de nuestra identidad como pueblo y el derecho al autogobierno de La Rioja. La conciencia colectiva fue por delante de nuestros representantes políticos.

Luego, los diferentes gobiernos se encargaron de construir el edificio institucional riojano, hasta completarlo con la transferencia de nuevas competencias. Todo ello nos ha permitido abrirnos al mundo y disfrutar de un largo y fructífero periodo de progreso y bienestar. Para mí, es motivo suficiente para felicitarnos. Pero, más de tres décadas después, resulta inevitable replantearnos el papel de los ciudadanos en la construcción y desarrollo de La Rioja como comunidad.

Por ello, asumí como un deber personal favorecer la participación de los riojanos en el diseño y formulación de las políticas públicas, dando los pasos necesarios hacia un verdadero gobierno abierto. Hoy, quiero formalizar mi compromiso de seguir trabajando para devolver a los ciudadanos el protagonismo que tuvieron en el inicio del proceso autonómico. La futura Ley de Participación Ciudadana y Colaboración Social incidirá en ello.

Hoy, es el Día de La Rioja y acabamos de entregar nuestras máximas distinciones a entidades y personalidades. Cada uno posee su individualidad, pero todos son expresión del orgullo de ser riojanos y de la ilusión de compartir nuestro destino colectivo. Mi enhorabuena sincera por ello. Porque la voluntad individual de muchos se transforma en una ambición común para orientar nuestro presente y configurar nuestro porvenir. Crear para crecer.

Pablo Sáinz Villegas, Riojano Ilustre, es un guitarrista que traspasa fronteras y que, por el virtuosismo y emotividad de sus interpretaciones, se ha convertido en el más destacado de su generación a nivel mundial. Además, es una persona con un compromiso profundo con La Rioja y con un gran espíritu solidario. En pocos días cumplirá 41 años y encarna a una nueva generación de riojanos que guían su trayectoria vital hacia los valores del esfuerzo, la solidaridad y el afán de superación. Riojanos que ejercen de embajadores de La Rioja y contribuyen a nuestra proyección internacional. Pues, posicionar la marca Rioja en el mundo, vinculando el desarrollo personal y profesional de cada uno a esta tierra, es tarea de todos.

Alberto Corazón, Riojano de Honor, es un diseñador gráfico con una trayectoria profesional jalonada de muchos éxitos, como el Premio Nacional de Diseño. Él fue quien construyó la identidad visual de la Comunidad Autónoma de La Rioja hace 35 años. De alguna forma personifica el esfuerzo por representar nuestra capacidad de autogobierno, y por difundir el carácter, principios y valores del pueblo riojano. Pues, gracias a su aportación, La Rioja fue una de las primeras comunidades en crear una marca con la que representar su identidad y proyectarse más allá de nuestras fronteras. Algo que pone de manifiesto la importancia de la creatividad, el arte y el diseño en el fortalecimiento de nuestra sociedad.

La Fundación Pioneros, Medalla de La Rioja, que cumple 50 años, que es el tiempo que ha transcurrido desde que Julián Rezola fundó un movimiento pionero, como su propio nombre indica, dedicado a la intervención social en el ámbito de la juventud. Un movimiento que formula el compromiso del tercer sector de acción social con el desarrollo y cohesión de nuestros jóvenes, desde la innovación y el enfoque de los derechos humanos, para asegurarles un proyecto de vida digno. Un compromiso para generar las condiciones favorables que nos ayuden a definir el futuro de nuestra juventud y promocionar los derechos sociales de los riojanos. Una necesidad irrenunciable de nuestra sociedad.

Y finalmente, La Asociación de Amigos de las Crónicas Najerenses, Medalla de La Rioja, es la entidad encargada del espectáculo histórico medieval 'El Reino de Nájera', que se representa desde hace 50 años. Una entidad que refleja la capacidad de diálogo entre generaciones y la transmisión de valores culturales de padres a hijos y nietos para preservar la identidad riojana. Esta transferencia es la que hace perdurables nuestras tradiciones. Además, iniciativas como ésta crean espacios comunitarios y de participación. Bien puede decirse que 'El Reino de Nájera' fue precursor de lo que hoy llamamos gobierno abierto, de la participación y la cocreación: la nueva forma de ofrecer cultura y educación a los ciudadanos.

Decía al principio que nuestra Constitución va a cumplir 40 años como símbolo de unidad, como marco de convivencia y respeto a los derechos fundamentales de todos los españoles. La nueva etapa abierta hace una semana en la política española nos obliga a estar alerta para evitar «privilegios económicos o sociales» entre las distintas comunidades, como garantiza la propia Constitución, por razón de cálculo electoral o interés partidista.

Indudablemente vivimos momentos inciertos, en los que es más necesario que nunca actuar con lealtad, altura de miras y sentido de Estado para asegurar la gobernabilidad de España, en beneficio de todos los españoles. Además, debemos afrontar con urgencia cuestiones clave, como el nuevo modelo de financiación autonómica y el reto demográfico, para avanzar en nuestro autogobierno y garantizar la sostenibilidad de La Rioja.

En el horizonte inmediato está la reforma de nuestro Estatuto de Autonomía. Constato que es más lo que nos une que lo que nos separa, y confío en que podamos estar a la altura que exigen los tiempos para cerrar, con responsabilidad y visión de región, un acuerdo en torno a un Estatuto del siglo XXI. Es una oportunidad única para construir una comunidad basada en derechos, alineada con los objetivos de desarrollo sostenible, y cada vez más abierta, participativa y solidaria.

Nuestra identidad española es compatible con el ser riojano, como se pudo ver en Logroño el pasado día 26 de mayo. Y, bajo la tutela de la Constitución, debemos seguir avanzando como sociedad y hacer frente unidos a los intentos de quebrar la soberanía y la unidad de España. Además, aunque el terrorismo haya sido vencido por la democracia, no podemos olvidarnos hoy de las víctimas y sus familias, pues merecen nuestro reconocimiento permanente.

Es el Día de La Rioja y, en este acto tan lleno de significado para todos, quiero deciros que tenemos motivos para sentirnos orgullosos de ser riojanos. Por ello, deseo que sepamos convertir muchos horizontes individuales en nuestro horizonte colectivo. Porque sobre los ciudadanos, no solo sobre las instituciones, recae la responsabilidad de seguir forjando nuestra identidad compartida y de avanzar hacia un mayor progreso y bienestar de La Rioja.

Como decía Adolfo Suárez, «el futuro es cosa del esfuerzo común de todos». Pienso que el porvenir está lleno de incertidumbres, pero La Rioja presenta estabilidad económica e institucional y una voz fuerte en Europa. El esfuerzo conjunto es el que nos ha permitido ser lo que somos. Y es el que alimenta nuestra confianza en el futuro. Por ello, quiero terminar estas palabras animándoos a seguir trabajando juntos por nuestro futuro común con ilusión y optimismo.

Como expresión de ese sentimiento que compartimos, os pido que unáis vuestras voces a la mía para gritar algo que lo resume todo: ¡Viva La Rioja!

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