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EL AGENTE NARANJA

JORGE ALACID

Jueves, 23 de noviembre 2017, 00:01

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Fue Winston Churchill quien definió a la antigua Rusia en estos célebres términos: «Un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma». Se deduce que el brillante político británico desconocía las intrigas que caracterizan a la confección del Presupuesto de La Rioja en la época de la nueva política: aquel dictamen se queda corto. Cortísimo. No sirve para reflejar la peculiar trayectoria que siguen las negociaciones entre el Gobierno y Ciudadanos, convertido en una especie de agente naranja de efectos similares al empleado por Estados Unidos en Vietnam, aunque inocuo: en el acuerdo presupuestario, las aportaciones de Ciudadanos sirven para desbrozar el camino y dejarlo expedito. Pero luego entra en acción la política, la vieja y mezquina política, y entre las aspiraciones de Diego Ubis y compañía y cuanto acaba publicando el BOR media la misma distancia que separa a una formación neófita en tal tesitura y otra habituada a lidiar con todo tipo de contingencias desde largo tiempo... pero poco acostumbrada al arte del pacto.

De la escasa destreza de este nuevo PP de José Ignacio Ceniceros para el acuerdo que le atribuyen en Ciudadanos nace la desconfianza naranja hacia los designios gubernamentales, donde observan alguna maléfica influencia (que eluden identificar) procedente de los años de la mayoría absoluta. Lo cual conduce la negociación a este escenario tan curioso: con Ceniceros presentando su Presupuesto como hace un año, en plan carta a los Reyes Magos. Porque aunque sabe que llegará enero y no tendrá las cuentas aprobadas, le ayuda en su estrategia que no es el único en ignorar las advertencias de Ubis: también las ignora el propio portavoz naranja. Que fue quien avisó sólo 24 horas antes de que el Gobierno sigue sin aceptar la mitad de las exigencias de su partido. Que fue quien se negó siquiera a abrir estas negociaciones, molesto por el incumplimiento de lo pactado hace un año. Pero que será quien se termine haciendo la foto que quiere: la del acuerdo en el Palacete. Si el tiempo no lo impide.

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