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Jueves, 22 de junio 2017, 20:01
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Los males hídricos que arrastra La Rioja germinaron hace ya meses. Tras un invierno raquítico en precipitaciones, la habitual generosa primavera riojana no fue tal: 81,8 litros por metro cuadrado, 36,8 por debajo de los habituales 118,6 y un déficit del 31%. «En abril justo cuando más se necesitaban, las precipitaciones se fueron abajo, con solo 4,2 litros», recordó ayer el delegado de la Aemet.
Además de la escasez de lluvias, la recién concluida primavera ha sido la más cálida en España desde 1965, recalcó Evelio Álvarez Lamata, quien detalló que las temperaturas de marzo superaron en 1,4 grados la media histórica; las de abril, en 1,6; y las de mayo, en 2,6. «Una barbaridad», sentenció, para situar las razones en el Atlántico: «El anticiclón de las Azores ha permanecido muy alto, abarcando parte de la Península, sin permitir la entrada de los frentes atlánticos, una situación a la que se sumó la presencia de bajas presiones en el suroeste, a la altura de Cádiz, que hacían que las borrascas bascularan hacia el sur. La España seca se ha convertido en la húmeda y nos dejó a La Rioja sin precipitaciones».
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