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Pero ¿dónde está mi fruta?

Pero ¿dónde está mi fruta?

Un producto con fruta en la etiqueta es garantía de algo: apenas tiene fruta, según dice un estudio europeo

Pablo Álvarez

Sábado, 10 de junio 2017, 12:06

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¿Para qué sirve la etiqueta de un producto? Para informar, en teoría. Para atraer, se supone. Pero no debería servir para engañar, ni para animar al comprador a hacerse una falsa impresión sobre el contenido que está detrás del producto.

Las normativas europeas y españolas sobre el etiquetado han evolucionado mucho, y están en perpetua mutación. Pero los 'etiquetólogos' son, diríamos, más rápidos. Y hay abusos que se siguen cometiendo bajo paraguas legal.

El ejemplo que hoy resaltamos ha sido denunciado en varias ocasiones, pero sin mucho resultado. Así se desprende al menos de la edición de este 2017 del estudio anual que realiza la asociación europea Freshfel, que agrupa a productores y distribuidores de productos frescos en Europa. El estudio se titula, muy apropiadamente, '¿Dónde está la fruta?' y se limita a una comprobación muy sencilla: cuánto de fruta hay en los producto elaborados a la venta en Europa en los que aparece la imagen de una fruta en el etiquetado.

Para el estudio, Freshfel tomó nada menos que 188 productos a la venta en 13 países de la unión Europea, entre ellos España. Y se puso a comprobar la cantidad real de fruta que tenía ese mismo producto, simplemente leyendo la composición que, por ley, ha de incluirse en ese mismo etiquetado.

Pues bien. Uno esperaría que un producto que se vende con una bonita imagen de fruta en su etiqueta estuviera en su mayoría compuesto por ella. La realidad es exactamente la contraria. Según la comparativa de Freshfel, el 80% de los productos revisados tenía menos de la mitad de su contenido de fruta.

O, dicho de otro modo: sólo uno de cada cinco productos con fruta en su etiqueta tiene al menos el 51% de su contenido compuesto de lo que anuncia.

Ese 80% que podría calificarse de al menos bastante engañoso es, además, muy variable. Así, el 34% de los productos analizados se queda entre el 10 y el 50% de contenido de fruta. Pero es que hay otro 34% en los que el contenido de fruta está por debajo del 10%,. E incluso, lo cual es un ejemplo bastante evidente de publicidad engañosa, hay un 7% que no tiene absolutamente nada de fruta en su contenido, pese a "adornarse" con la imagen de ese producto en su etiquetado.

Curiosamente, las cosas cambian mucho según el sector. Por ejemplo, el estudio analizó 12 marcas de bebidas carbonatadas con fruta en su etiqueta. Pues bien, nada menos que cuatro de ellas (un tercio del total) no tenía absolutamente nada de fruta en su interior. Un porcentaje al que sólo se le acercan dulces y gominolas: un 25% de la que se anuncian con fruta no tiene nada de ella en su composición.

Y las cosas son peores en España. El estudio pide que no se saquen conclusiones por país, dado que la selección de productos en cada estado pudo alterar el resultado en él. Con esa precaución como advertencia, hay que señalar sin embargo que en nuestro país, productor de fruta para gran parte de la UE, el porcentaje de productos que prácticamente sólo la lleva en el etiquetado es mayor: entre los que no tienen nada de fruta y los que como mucho llegan al 10% se alcanza el 60% de los productos analizados.

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