Ciudadano: tome (con)ciencia

Para potenciar el compromiso de los ciudadanos con el reciclaje, el medio ambiente y la nueva economía circular (la que permite dar una segunda vida a los envases) en el CircularLab se desarrollarán contenedores inteligentes, vehículos sostenibles y mapas de calor que permitirán saber cómo, cuándo y por qué colaboran los ciudadanos.

Más en detalle, el CircularLab desarrollará instrumentos que faciliten la separación de los residuos en el hogar y el correcto reciclaje. De este modo, ya se están testando herramientas digitales que ayuden a los ciudadanos a resolver sus dudas: por ejemplo, una aplicación que identifica los envases a través de la imagen y la voz (una especie de 'Siri' del reciclaje). Por otro lado, a través del Big Data y el análisis de datos, se diseñarán campañas de educación ambiental encaminadas a crear una auténtica ciencia ciudadana para elevar aun más el compromiso de la sociedad en materia medioambiental.

Según el 'Libro verde de la ciencia ciudadana' en el que ha colaborado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la ciencia ciudadana involucra al público general en actividades científicas y fomenta la contribución activa de los ciudadanos a la investigación a través de su esfuerzo intelectual, su conocimiento general o sus herramientas y recursos. Los participantes aportan datos experimentales y facilidades para la investigación, plantean nuevas preguntas y crean, junto a los investigadores, una nueva cultura científica. Al tiempo que añaden valor a los proyectos de investigación, los voluntarios adquieren nuevos conocimientos y habilidades así como una comprensión más profunda y atractiva del trabajo científico. El resultado es un escenario abierto, en red y transdisciplinar, y se produce una mejora en las interacciones entre ciencia y sociedad.

Para 'enganchar' al ciudadano a este nuevo modelo de 'conciencia colectiva', en el CircularLab se desarrollarán test reales para, en primer lugar, conocer cuáles son las costumbres y las prácticas que caracterizan el reciclaje en España. A través de innovadoras aplicaciones tecnológicas, por ejemplo, se segmentarán en nueve ejes todos los municipios del país con el fin de detectar cuáles son las necesidades de sus habitantes. Así, se tendrá un perfil de los hábitos de reciclaje en cada localidad y cuáles son los comportamientos de sus residentes. Eso permitirá diseñar acciones de concienciación más personalizadas en función de las demandas detectadas. Porque la educación, junto a la innovación y la colaboración son los tres pilares sobre los que se asienta la filosofía de Ecoembes.

'Ideaton Ecoembes'

Como punto de partida para reforzar la interacción de los ciudadanos para reciclar más y mejor se tomarán los proyectos de la primera edición del 'Ideaton Ecoembes'. Al concurso se presentaron más de cien ideas de las que cinco llegaron a la final. La ganadora fue 'Reciclapp', una aplicación pensada para ayudar a los ciudadanos a separar mejor los residuos y a conocer más el reciclaje, y que en una misma plataforma recoge información de la mayoría de los agentes que intervienen en el proceso.

La Rioja, a través del CircularLab, se ha convertido en un gran entorno de experimentación para el resto de España y de Europa. Que Ecoembes localizase este centro en el Parque Municipal de Jardinería de Logroño no es fortuito: es una región de referencia gracias al compromiso de sus ciudadanos con el reciclado (en cada domicilio hay 3,3 cubos frente a los 3,1 de media nacional) y su demografía presenta características idóneas tanto desde el punto de vista operativo como desde la interacción del ciudadano. Además cuenta con unos hábitos de consumo representativos de la media nacional, el 34% del PIB proviene del sector industrial y hay varios centros tecnológicos y universitarios.