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Uso inmediato. Arriba, una cápsula con los componentes en el amalgamador. A la izquierda, la mezcla.
El Colegio de Odontólogos garantiza la seguridad de la amalgama de plata

El Colegio de Odontólogos garantiza la seguridad de la amalgama de plata

El presidente, Antonio Tamayo, explica que el material contiene mercurio pero que «es más peligroso retirarlo que conservarlo en la boca»

ROBERTO GLEZ. LASTRA

Jueves, 8 de junio 2017, 23:19

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«Segura, estable y duradera». El Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de La Rioja ha querido salir ante la alarma social que pudieran provocar algunas informaciones sobre la amalgama de plata, el material de uso dental al que la presencia de mercurio en su composición coloca a menudo en la diana.

«La Federación Dental Internacional, en su declaración de principios, declara que la amalgama dental es un material de obturación seguro. Los posibles efectos adversos del mercurio contenido en la amalgama han sido objeto de múltiples estudios, siendo la conclusión unánime de todos ellos que no es responsable de ninguna de las patologías con que se le asocia», advierte el órgano colegial en un comunicado.

«No se justifican por la sola presencia de mercurio las diversas campañas que, amparadas en la presión mediática, proponen la sustitución de las obturaciones de amalgama de plata por otro tipo de materiales, siendo éticamente reprobables estas prácticas y las conductas de este tipo», prosigue con contundencia su nota.

«La amalgama de plata dental tiene una historia de más de 150 años, hay millones de personas en el mundo que portan en su boca amalgama y no hay ninguna constatación científica de que haya tenido relación directa con alguna de la enfermedades de las que hablan ciertos grupos de presión, a los que se ha denominado mercuriales, que muchas veces están influenciados por casas comerciales», asevera Antonio Tamayo, presidente del Colegio.

En desuso por estética

«Es un material estable y ni con cepillado, bebidas calientes, enjuagues ni nada de lo que se dice hay riesgo, y mucho menos de las enfermedades que citan, como esclerosis múltiple, alzhéimer, epilepsia... Es rotundamente falso y es alarmar a la población sin motivo», lamenta.

Vedado su uso en Suecia, una nueva directriz europea que entra en vigor en enero del 2018, prohibirá su utilización, desde el 1 de julio siguiente, en menores de 15 años, embarazadas y lactantes, a no ser que el odontólogo la juzgue estrictamente necesaria. Además de imponer a los profesionales la obligatoriedad, desde el 2019, de decantadores en sus equipos, aconseja la reducción en el uso de este material que suele estar compuesto por un 50% de mercurio y el resto, plata, estaño y cobre.

«Ahora mismo es un material en desuso, puede suponer entre el 5 y el 10% de los tratamientos clínicos que hacemos porque la gente lo rechaza por estética. Pero hay casos en los que su elección sigue siendo la mejor, por ejemplo en las caries subgingivales, en las que es el único material que garantiza el sellado perfecto», aclara Tamayo.

«La amalgama en boca es un material estable e inerte», añade el odontólogo, que recuerda que «todos tenemos mercurio en nuestro organismo y su origen fundamental es la alimentación, principalmente el pescado y especialmente el atún».

Por todo ello, alerta de que «es mucho más peligroso retirar las amalgamas que conservarlas en boca, porque es cuando se puede producir las emisiones de los vapores de mercurio, un trabajo en el que el paciente no corre riesgos porque se refrigera muy bien la zona con agua abundante y aspiración».

Pese a que defender lo contrario sería un filón para el colectivo, Tamayo remacha: «El retirar una amalgama por cuestiones estéticas para sustituirla por composite no deja de ser una decisión médicamente contraindicada, aunque el cliente es muy libre de hacer lo que quiera».

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