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Soldado estadounidense.
El CIBIR logra financiación de Defensa de EE.UU. para curar lesiones oculares con frío

El CIBIR logra financiación de Defensa de EE.UU. para curar lesiones oculares con frío

El objetivo del proyecto es tratar de buscar soluciones a los daños causados por explosiones en el campo de batalla

efe

Lunes, 22 de mayo 2017, 13:26

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Un equipo del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) ha logrado financiación del Ministerio de Defensa de Estados Unidos para un proyecto que permite curar lesiones oculares mediante la aplicación de frío y profundizará en el desarrollo de moléculas para esta terapia en una segunda fase.

La consejera de Salud del Gobierno de La Rioja, María Martín, se ha reunido hoy con los investigadores Alfredo Martínez, jefe de grupo del Área de Oncología del CIBIR, y Ignacio Larrayoz, jefe del grupo de Biomarcadores y Señalización Molecular, quien ha desarrollado este estudio en un equipo formado por miembros de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid y de Buenos Aires (Argentina).

Martín ha subrayado que es la primera vez que un proyecto desarrollado íntegramente por investigadores hispanos logra financiación del Ministerio de Defensa estadounidense, que aportó 250.000 dólares a esta primera fase.

Así, los resultados preliminares de este proyecto se han presentado a la comunidad científica internacional en un congreso celebrado hace unas semanas en Baltimore (Estados Unidos).

Explosiones en el campo de batalla

Para una segunda fase de este proyecto se pretende obtener financiación por 2 millones de euros para profundizar en esta investigación, ha apuntado la consejera de Salud.

El objetivo del proyecto era tratar de buscar soluciones a los problemas oculares causados por explosiones en el campo de batalla, que producen una neuropatía en el nervio óptico y, como consecuencia, una pérdida de visión por daños en la retina, ha explicado Martínez.

Un grupo del CIBIR ya trabajaba en una investigación en la que se aplicaba frío a través de la hipotermia terapéutica y había comprobado que podía resolver este tipo de lesiones, ha relatado, por lo que se presentó a este proyecto.

Así, ha desarrollado un estudio en ratas, a las que se les provocó un pequeño daño en el nervio óptico, después, a unas se les aplicaba frío y a otras no, tras lo que se comprobó que una exposición durante tres horas a temperaturas de entre 5 y 8 grados permitía reducir el daño ocular más del 50 por ciento.

Además, ha resaltado que en esta investigación se han encontrado unas moléculas capaces de simular el efecto del frío, para conseguir los mismos efectos en condiciones ambientales en las que no se puede reducir la temperaturas, por ejemplo, en un desierto.

Con estas moléculas también se ha logrado reducir el daño causado en la retina pero sin variar las temperaturas ambientales, ha agregado, por lo que se ha presentado una solicitud para desarrollar un estudio pre-clínico de estas moléculas hasta el momento en el que se pueda aplicar a pacientes.

Con la dotación económica obtenida del Ministerio de Defensa de EEUU, los investigadores han solicitado una patente para esas moléculas y en la segunda fase comprobaran su posible toxicidad, que es un requisito imprescindible para que la Agencia del Medicamento permita desarrollar el estudio clínico con pacientes.

Aunque el estudio se justificó en la necesidad de solucionar las lesiones oculares, estas moléculas podrían dar origen a un fármaco con aplicación para combatir la obesidad, para lo que se ha pedido un proyecto del Instituto Carlos III, ha resaltado Martínez.

Larrayoz ha indicado que aplicar la terapia de hipotermia supone un "proyecto de alto riesgo", ya que suponía desarrollar ideas "arriesgadas" pero que permitirían lograr un "beneficio muy grande".

Primero se comprobó si en las células de la retina existían las proteínas que permiten mediar el efecto del frío y posteriormente comprobaron cuánto frío había que aplicar y en qué tiempo determinado, ha precisado.

Para desarrollar el estudio utilizaron ratones recién nacidos y otros adultos a los que se les aplicó frío, con más éxito en los animales pequeños, ya que según este investigador no han desarrollado mecanismos de termorregulación, ha concluido.

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