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Carmen Nevot
Lunes, 22 de mayo 2017, 21:10
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Cada día es un nuevo calvario. En sus vidas no hay días bueno, sólo malos o menos malos. Una agonía que topa de frente con la incomprensión y la frustración hasta que alguien, por fin, después de años de sufrimiento pone nombre a su enfermedad:
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