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Imagen de un grupo de piojos obtenida en el Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores del CIBIR.
Los piojos se rebelan

Los piojos se rebelan

El CIBIR inicia una investigación pionera sobre los piojos para averiguar si son reservorios de enfermedades y en busca de un gen que explique la creciente resistencia de estos parásitos

Roberto G. Lastra

Viernes, 5 de mayo 2017, 20:58

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Molestos, vergonzantes y... tal vez más peligrosos de lo que sospechábamos. El Laboratorio de Patógenos Especiales -Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores- del CIBIR (Centro de Investigación Biomédica de La Rioja) acaba de iniciar un pionero trabajo de investigación sobre los piojos, compañeros habituales del hombre desde el principio de los tiempos.

CASI TODO LO QUE DEBE SABER SOBRE LOS PIOJOS...

  • ¿Qué son?

  • Pediculus humanus corporis Son los piojos de la cabeza. Son ectoparásitos, viven fuera de su huésped, el ser humano, y precisan de su sangre para sobrevivir.

  • Ni saltan ni vuelan Los piojos de la cabeza se desplazan corriendo, por lo que el contagio se produce por contacto directo de pelo con pelo o por compartir objetos como peines, almohadas, gorros...

  • Comida, calor y humedad El piojo, además de la sangre humana para alimentarse, necesita unas condiciones ambientales muy concretas para sobrevivir y reproducirse en la cabeza

  • Veloz ciclo vital Un macho puede fecundar a varias hembras en un día y éstas son capaces de poner entre 4 y 8 huevos diarios, de 250 a 300 en su edad adulta.

  • El ph del cabello, la clave La infestación no tiene relación directa ni con la falta ni con el exceso de higiene. El piojo va a todo tipo de pelo -teñidos, cortos, rizados lisos...-. Va a todas las cabezas y se queda en función del ph de la persona, pero como le gusta el ph neutro es más habitual en edades escolares y mayormente en niñas.

  • Los síntomas Prurito intenso en el cuero cabelludo, protuberancias pequeñas y rojas en el cuero cabelludo, el cuello y los hombros y pequeñas motitas blancas (liendres) cerca de la raíz del cabello.

  • La lucha contra el parásito

  • Paciencia Retirar todos los piojos y liendres y revisar el pelo a menudo.

  • Aspirar sofás, alfombras, muebles, colchones, asientos del coche...

  • Lavar las prendas de vestir, toallas y ropa de cama con agua muy caliente (60 grados). Lo que no se pueda, meterlo en bolsas 48 horas (el piojo fuera de la cabeza muere en ese plazo) y lavar normalmente.

  • Hervir 4 minutos o congelar toda la noche en una bolsa peines, cepillos, pasadores, cintas...

  • El mito del vinagre No afecta al piojo y solo es útil para ablandar el 'pegamento' de las liendres y retirarlas con más facilidad.

Pero pese a ser, al menos, tan antiguos como la humanidad, apenas existen estudios en el mundo sobre estos parásitos, excepto los trabajos realizados por el prestigioso Centro de Rickettsiosis de Marsella. «Aunque en las sociedades avanzadas ha dejado de ser un problema de salud pública, nosotros estamos muy interesados en estudiarlo porque es raro el niño que no está parasitado por piojos de la cabeza, al haberse hecho resistentes a la mayoría de compuestos químicos que se venden y porque el piojo corporal y el de la cabeza comparten un ancestro común. Como diferenciar los tipos solo por la morfología es muy complicado, vamos a hacer una clasificación genética de los piojos que están circulando por tratar de averiguar si algunos son piojos corporales adaptados», resume José Antonio Oteo Revuelta, director del Laboratorio de Patógenos Especiales -Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores- del CIBIR- y jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de Rioja Salud.

En concreto, la investigación tendrá una doble vía: por una parte, se realizará un estudio genético de los piojos de la cabeza para realizar una clasificación de los mismos y ver si existe algún tipo de agrupación y si expresan algún gen que confiera resistencia a los antiparasitarios que se utilizan para su tratamiento, y por otra, se acometerá un estudio de los microorganismos que portan los piojos de la cabeza mediante técnicas de biología molecular para averiguar si estos parásitos son reservorios de enfermedades.

«Nuestro departamento lleva muchos años investigando las enfermedades transmitidas por artrópodos vectores, no solo garrapatas, sino también pulgas y trombicúlidos, pero a lo largo de la historia los piojos han provocado más muertes que todas las guerras juntas y siguen siendo problemáticos algunos de sus tipos en zonas pobres del mundo y en campos de refugiados. De hecho, en algunos campamentos de Italia y de otros países de Europa se han comunicado ya casos de fiebre recurrente transmitida por estos parásitos a huidos de la guerra de Siria y también se han diagnosticado casos de infección por en personas sin techo y con déficit de higiene. Por lo tanto, sí, es un problema de salud pública», resalta el doctor Oteo.

Tras recordar que el piojo fue un gran problema hasta la primera parte del siglo XX y uno de los grandes dramas durante la Revolución Rusa -«Lenin llegó a decir: 'O, el socialismo vence al piojo, o el piojo acabará con el socialismo' porque murieron millones de personas», recuerda el especialista-, el doctor Oteo aclara que existen varios tipos de esta familia de parásitos: los de la cabeza, los corporales y los del pubis, las conocidas como ladillas.

Un estudio con dos ejes

«Los piojos que tienen gran trascendencia en salud pública y que, insisto, han sido causantes de millones de muertes, son los piojos corporales, que transmiten (tifus epidémico) que posiblemente fue la causante de una de las grandes plagas de la antigüedad y de millones de muertos en las grandes contiendas bélicas, campos de refugiados y en épocas de hambruna; la fiebre de las trincheras () y la fiebre recurrente epidémica ()», explica el director del Laboratorio de Patógenos Especiales, quien, sin embargo, añade que «se están encontrando en piojos de la cabeza en otras zonas del mundo los mismo agentes que trasmite el corporal. Por eso, aunque el piojo de la cabeza es mal vector de enfermedades, podría ser reservorio de algunas de éstas, lo que explicaría porque de forma excepcional encontramos microorganismos que transmite el piojo del cuerpo en personas que no han tenido piojos corporales».

Por ello, uno de los ejes del estudio se destinará a averiguar si los piojos de cabeza son reservorios de enfermedades o, incluso, si en un momento dado pueden ser vehículo o fuente para la transmisión de éstas.

La otra línea de investigación no es menos importante, ya que como avanza el experto, «consiste en ver qué tipos genéticos tenemos de piojos de la cabeza para ver si podemos explicar por qué se están volviendo resistentes, aparte de por la exposición continua a los agentes químicos que se suelen utilizar».

La investigación ya está en marcha, arrancó a primeros de abril. «Ya hemos empezado a recolectar las muestras, porque serán necesarios miles de ejemplares, y cuando tengamos un número suficiente y puestas a punto las técnicas empezaremos a trabajar. Se trata de extraer el ácido nucleico de los ejemplares y estudiar si hay secuencia genética de las bacterias que nos interesan», resume el doctor Oteo, quien anticipa que «en principio estaremos recogiendo piojos durante un año y veremos lo que encontramos; en función de los resultados habrá que ver si merece la pena seguir por estas vías o por otras. De momento no sabemos qué nos vamos a encontrar. Con las nuevas técnicas de biología molecular nos estamos llevando sorpresas porque se están identificando nuevos microorganismos, aunque en principio parece poco probable que los piojos de la cabeza transmitan de forma eficiente enfermedades, pero eso no quiere decir que no tengan la bacteria y puedan servir de reservorio», remacha el también jefe del departamento de Enfermedades Infecciosas.

Para esta labor el CIBIR cuenta con un socio indispensable, el centro Help Piojitos Logroño, encargado de suministrar a los investigadores los ejemplares necesarios para el estudio, miles de muestras de todo el ciclo de vida -liendres, ninfas y piojos- de este parásito. «Firmamos el convenio a principios de abril y de inmediato empezamos a suministrarles las muestras que se recogen diariamente de forma anónima», aclara Ana María Leo Barba, responsable del centro de tratamiento de la pediculosis ubicado en Duquesa de la Victoria, 70-72.

Todo el ciclo vital

Las cifras son mareantes, ya que este centro, según estimaciones incluso a la baja, calcula que recolecta anualmente unos 23.000 piojos y 1,8 millones de liendres. «Al cabo del día podemos sacar entre 30 y 40 ejemplares de piojo de tamaño grande, pero también obtenemos ninfas y, desde luego, liendres, ya que te encuentras cabezas con entre 100 y 150 huevos, depende del grado de infestación; de hecho, yo he llegado a retirar más de 400 en una cabeza y, a partir de ahí, dejé de contar», añade Ana María Leo.

Los ejemplares recogidos son trasladados a diario hasta la sede del CIBIR. «A última hora del día viene alguien del equipo del doctor Oteo y se lleva las muestras recogidas, que van vivas ya que aguantan hasta 48 horas fuera de la cabeza. Los fines de semana las congelamos nosotros hasta que se pasan a recogerlas el lunes», recita la responsable de Help Piojitos Logroño para insistir en que «vamos a suministrar al CIBIR ejemplares de todo el ciclo de vida del piojo: liendres, que es como un huevito que se incuba y del que entre 6 y 8 días, dependiendo de la temperatura exterior, surge la ninfa que tras pasar por tres mudas entre el octavo y el decimoséptimo día hasta convertirse en un piojo adulto».

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