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Cerezos en flor en el valle de Ezcaray. ::
Naturaleza de punta en blanco

Naturaleza de punta en blanco

La floración de los cerezos silvestres llena de contrastes el valle de Ezcaray

Javier Albo

Jueves, 13 de abril 2017, 14:06

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La naturaleza se despereza y llena todos sus rincones de primavera, la página más colorida del calendario de la vida.

En el valle de Ezcaray, una de las pinceladas la aporta, ahora mismo, el Prunus Avium, o cerezo silvestre, que en el apogeo de su floración se hace notar entre el verdor del bosque con su blanco, diríase que inmaculado.

Esta especie es la protagonista de las rutas que brinda la empresa Silvestres Ezcaray (silvestresezcaray.blogspot.com.es), a través de itinerarios guiados e interpretados, desde hoy hasta el lunes, incluido, que pueden realizarse a pie o en un vehículo 4x4.

De ellas se ocupa Juan José Arguisjuela, ingeniero técnico forestal y capataz forestal, dedicado a la educación ambiental y a la agricultura ecológica, que explica que aunque esta especie se distribuye por toda La Rioja es en el valle de Ezcaray donde se registra una mayor concentración de ejemplares.

«Forma parte, sobre todo, de los bosques mixtos, que es un tipo que tenemos en el valle, y que incluye al cerezo silvestre dentro de lo que es el conjunto de las especies, junto con fresnos, arces, tilos... Tenemos pequeños bosquetes, no de gran extensión pero sí masas de cerezos, que es lo que más resalta en este momento, ya que por su colorido blanco producen mucho contraste en el paisaje», explica.

Juan no oculta su preferencia por esta especie. «El cerezo es uno de los árboles que más me gustan, porque lo ves ahora con la flor, completamente blanco, pero en otoño exhibe un color naranja, como fuego, que es espectacular. Da mucho juego», dice.

Cuatro son las zonas a visitar -Santurdejo, valle de Cilbarrena, Ezcaray-Ojacastro y Bonicaparra- y todas tienen su encanto -asegura-, aunque este también varía según la hora en la que se vean. «Las tardes y las orientaciones ofrecen vistas distintas», matiza.

Ahora están en su apogeo, aunque la coincidencia de flores y hojas ha hecho que estas últimas resten algo de color blanco a las primeras. «Lo normal es que el cerezo dé antes la flor y después la hoja, pero muchos tienen ya las dos, por efecto del calor. Con ello no resaltan tanto pero también están muy chulos», asegura el experto.

Cerezos que no desentonan en absoluto con un entorno natural henchido de savia nueva y de vida no desplegada aún del todo pero radiante y que rezuma renacidos colores por sus cuatro costados. Las más rezagadas, como las hayas, también están ya a punto de explotar, con sus yemas hinchadas, preparadas para sumarse a la fiesta de la primavera.

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