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José Ignacio Ceniceros, entrevistado anoche en el programa 'La lupa' de TVR por el periodista Carlos Santamaría. ::
«¿Sanz? Que se dedique al Senado y esté tranquilo»

«¿Sanz? Que se dedique al Senado y esté tranquilo»

«No soy rencoroso pero tampoco las cosas se olvidan. No entiendo algunas posturas de determinadas personas», admite en una entrevista al programa 'La lupa' de TVR

Jorge Alacid

Jueves, 6 de abril 2017, 00:39

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Sí, pero no. No, pero sí. O tal vez. Quién sabe. José Ignacio Ceniceros no se apartó ayer de su perfil enigmático, que cultiva con tanto éxito como se deduce de la doble presidencia del Gobierno y del PP que simultanea desde el sábado. En una entrevista concedida al programa de TVR 'La lupa', el flamante líder de los populares riojanos osciló entre dos polos: enfatizó su pretensión de gestionar con elegancia la victoria alcanzada sobre la candidatura de Cuca Gamarra, aunque no desaprovechó la oportunidad de saldar cuentas pendientes. Aceptó por ejemplo que integraría en su comité ejecutivo a las cinco personas que le proponga la alcaldesa de Logroño, pero a continuación habló de «consensuar» tales nombramientos. Y más fluctuaciones: insistió en que el congreso que tanto ha dividido al PP «no hacía falta» y, sin embargo, se alegró por otro lado de haber dado voz a la militancia. José Ignacio Ceniceros, el ying y el yang.

A preguntas del periodista Carlos Santamaría, recordó que se presentó en Riojafórum confiado. Un estado de ánimo generado por «la tranquilidad del trabajo que habíamos realizado, los apoyos que poco a poco íbamos sumando». También asumió que «es bueno que en un partido haya confrontación o disparidad de opiniones, porque enriquece al partido y enriquece nuestra democracia», aunque a continuación lamentó la fractura evidenciada en el interior de su partido, en la línea de sus mismas declaraciones recién concluido el congreso: «No he entendido que se haya intentado hacer otra candidatura cuando no había necesidad».

Una línea argumental ya conocida. Tanto, como su insistencia en lo adecuado que a su juicio hubiera resultado («Era lo lógico, por coherencia histórica») evitar que se pronunciara la militancia y haber unificado en su persona los dos cargos. «A lo largo de los últimos días», recordó, «siempre he ofrecido a Cuca, con quien tengo una buena relación, una candidatura de integración» Y añadió: «No ha cuajado pero no pasa nada. El congreso ha acabado y ahora lo que tenemos que hacer es fortalecer el partido». Así que Ceniceros pasa página... hasta cierto punto. Porque cuando se le interrogó si se sentía decepcionado, defraudado o traicionado por otros dirigentes de su partido, confesó lo siguiente: «He visto cosas que no me han gustado». Una sensación que explicitó de modo tan contundente como contradictorio: advirtió que «no es bueno mirar para atrás», pero también avisó de lo contrario. Con esta frase, que pronunció de corrido: «Tampoco las cosas se olvidan. Yo no soy rencoroso pero no entiendo algunas posturas de determinadas personas dentro del partido. Teníamos que haber sido todos más tranquilos en este proceso. Se han hecho cosas feas que no voy a decir. Me gustaría que en sucesivos procesos, cuando toque, no se actuara como se ha actuado ahora».

De modo que acabó por hacerse a sí mismo una pregunta similar: «¿Me han decepcionado personas?». Para contestarse en estos términos: «Sí, efectivamente. Hay personas que me han decepcionado». ¿Quién o quiénes? Ceniceros volvió a responder ambivalente: salvó a su rival de cualquier reproche («No hablo de la candidata: Cuca tuvo un comportamiento ejemplar»), pero no fue tan explícito respecto a su predecesor: «Pedro Sanz ha sido un extraordinario presidente. Ahora tiene una gran responsabilidad en el Senado y yo creo que... Bueno, que esté tranquilo. Que se dedique a su responsabilidad que tiene en Madrid».

Un dictamen que hiló con otros ya expresados antes y después de Riojafórum. Citó entre ellos las célebres «presiones», además de ciertas «cosas» de los medios de comunicación «que tampoco me han gustado», aunque eludió identificarlas. De donde nacía otro enfoque en positivo: «Quiero mirar hacia adelante, teniendo en cuenta esa gran responsabilidad que tenemos, en mi caso como presidente del Gobierno, y esta otra que he querido asumir: dirigir este partido, esta nave, porque me lo pedían muchos afiliados. Tenemos que seguir manteniendo y aumentando su confianza». ¿Fin de los reproches? Sí y no. Porque Ceniceros opinó, por un lado, que «nos tenemos que olvidar de quién ha estado en una candidatura o en la otra, todos somos el PP», pero también lo que sigue: «Estoy dispuesto a que se suban a este carro todos los que quieran. El carro va despacito, da tiempo a subirse. Y a bajarse. Si se sube, con el compromiso de fortalecer este partido».

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