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Ceniceros recibe la enhorabuena de Maroto tras ser proclamado el sábado nuevo líder del PP. :: fernando díaz
El éxito de Ceniceros relanza las opciones de Cuevas y Escobar para las elecciones del 2019

El éxito de Ceniceros relanza las opciones de Cuevas y Escobar para las elecciones del 2019

El nuevo equipo del PP emprende la renovación de las juntas locales tras el congreso que sirvió para elegir nuevo líder

Jorge Alacid

Lunes, 3 de abril 2017, 12:09

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El día después del éxito de José Ignacio Ceniceros fue en realidad la noche después. En las horas inmediatamente posteriores al triunfo en el congreso de la candidatura desafecta al actual aparato empezó a menudear la versión de que a la victoria del presidente del Gobierno le acompañaba un espaldarazo de parecida dimensión para sus colaboradores. Carlos Cuevas y Conrado Escobar, los dos miembros del Consejo de Gobierno con mayores conexiones en la vida interior del partido, salen tan reforzados como su líder de Riojafórum. Ambos ven reactivadas sus pretensiones de convertirse en decisivos en las elecciones del 2019, cuando se convocarán comicios autonómicos y municipales, para lo cual necesitaban lo que hasta el sábado no tenían: la hegemonía en el PP.

Cuevas, de hecho, acudió al decimosexto congreso de su partido como secretario general, condición que desempeñaba más bien protocolariamente. Desde que dejó de seguir los pasos de su otrora mentor, Pedro Sanz, se había visto relegado en la tarea de dirigir la trayectoria del PP por el senador José Luis Pérez Pastor, convertido como coordinador en el amo del aparato. El triunfo de Ceniceros permitiría ahora a Cuevas, en teoría, compatibilizar su cometido como consejero con la Secretaría General, pero esa hipótesis comenzó a perder fuerza recién cerrado el congreso. El presidente del Gobierno, según fuentes consultadas por este periódico, puede optar por situar al frente del PP a un dirigente que ejerza ese encargo con dedicación plena. Diego Bengoa, alcalde de Ezcaray, se perfila para esa responsabilidad.

A su favor, siempre según las mismas fuentes, juegan varias bazas. Su juventud, por ejemplo, permitiría a Ceniceros visualizar con su nombramiento la promesa de renovación que introdujo en su proyecto para presidir el PP. Además, Bengoa es un buen conocedor del alma interior de La Rioja, desde su atalaya como director general de Política Local. Persona de confianza de su jefe, el consejero Cuevas, es también uno de los leales de Ceniceros, quien lo incluyó en la lista de 22 miembros del nuevo comité ejecutivo. Un selecto sanedrín donde también ocuparán su puesto quienes son miembros de pleno derecho (como los diputados nacionales, la alcaldesa de Logroño y otros altos cargos), con la particularidad de que ninguno de ellos puede ser nombrado secretario general. Ese cargo sólo lo puede desempeñar quien figure en la lista de veintidós colaboradores de Ceniceros.

No será la única medida que el nuevo líder efectuará en los próximos días. Según las mismas fuentes, en la semana entrante Ceniceros, que ya prometió afiliar si tenía ese poder a las cien personas que aguardaban a incorporarse al partido a que se reuniera el nuevo comité ejecutivo, desvelará el organigrama de su nuevo equipo con la asunción de responsabilidades repartida entre sus personas de confianza. Incluirá, como también se comprometió, a cinco personas designadas por su adversaria, Cuca Gamarra, aunque parece difícil que entre ellos figuren quienes hayan sido más beligerantes contra la lista ganadora en las vísperas congresuales. Más opciones tendrán quienes no se hayan significado con demasiada inquina contra Ceniceros y los suyos o personas que guarden estrechas relaciones con ambos sectores; un perfil donde encajan bien personas como Cristina Maiso, directora general de Justicia e Interior del Gobierno, bien vista entre los partidarios de Gamarra.

Además, Ceniceros y su equipo deben concluir una tarea pendiente, que habían ido aplazando para no introducir demasiado ruido en los prolegómenos del congreso, que a su vez se solaparon con las negociaciones abiertas con Ciudadanos para aprobar el Presupuesto: refrescar los segundos niveles de la Administración regional mediante la incorporación de personas ajenas al anterior equipo de Sanz. O dicho de otra manera: situar en determinados puestos a quienes sí cuentan con toda su confianza. Lo cual es interpretado desde la candidatura derrotada como una especie de purga, sobre todo si los cambios descienden por la pirámide jerárquica y alcanzan incluso a funcionarios interinos que se habrían significado en el pasado reciente por su desafección hacia el actual Gobierno o su devoción a Pedro Sanz.

Y un tercer nivel de cambios aguarda en el interior del partido, donde Ceniceros anunció además una nueva política informativa si era elegido presidente: como mandan sus estatutos, tras el congreso debe procederse a la elección de las juntas locales. Un proceso que se avecina tempestuoso, puesto que en muchas de ellas (Logroño, por ejemplo) disponen de un elevado respaldo los partidarios del aparato derrotados en el congreso. El PP tendrá que convocar asambleas en la capital y las cabeceras de comarca, además de los municipios más poblados (los que dispone de más de 500 habitantes), para relevar a sus actuales mandatarios y renovar también al núcleo duro de sus dirigentes. Lo cual abre la puerta a una batalla en cada uno de esos frentes para ir perfilando las candidaturas a las municipales del 2019.

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