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«Donde los alcaldes soñaron La Rioja»

En solitario ante la prensa, pero auxiliada por Pérez Pastor, Merino y Cotelo, la candidata se adentró en el valle del Yalde

J.A.L.

Sábado, 18 de marzo 2017, 00:05

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Como no funcionaba la cafetera en el único bar abierto en Santa Coloma y además avanzaba la mañana hasta la frontera del aperitivo, en la barra se alinearon las copas de vino blanco y las botellas de Coca Cola, pócima elegida (versión Zero) por Cuca Gamarra para refrescarse luego de esos breves minutos que transcurrieron entre su llegada al municipio del Yalde, el discurso pronunciado ante la prensa y algún curioso que pasaba por allí y los parabienes de los suyos. Los suyos, que sólo fueron tres: si la alcaldesa de Logroño pretende teatralizar con una puesta en escena más aparente los apoyos con que dice contar, semejante espectáculo tendrá que esperar. Ayer era su día. Su momento. Y lo disfrutó en solitario.

Mejor dicho, en compañía de tres colaboradores: la diputada Mar Cotelo, quien ejerció de jefa de gabinete en el Ayuntamiento logroñés hasta recoger su acta en el Congreso; el concejal Javier Merino, que en esta carrera hacia el liderazgo del PP hace las veces también de chófer y confidente; y José Luis Pérez Pastor, quien ostenta el cargo de coordinador general del partido y por lo tanto tuvo que aclarar que su presencia en Santa Coloma no comprometía el estatus de neutralidad que se le debe suponer: «He venido a título personal».

Y precisamente a Pérez Pastor, frecuente navegante de las redes sociales, se le ocurrió la frase que titula estas líneas: Santa Coloma, según su tuit descargado recién proclamada Gamarra su candidatura, poseería una dimensión casi mítica. Legendaria: porque allí fue «donde los alcaldes soñaron La Rioja». Comentario de texto: palabras clave, alcaldes y La Rioja. Porque ahí se ocultaba el mensaje tácito de la alcaldesa de Logroño cuando se postulaba para liderar el PP: convertirlo en un partido que vertebre el alma rural de la región, tan vinculada al municipalismo, y de paso convertirse a sí misma en algo más que la alcaldesa de Logroño.

Por ejemplo, en alguien que canalice las ambiciones del conjunto de La Rioja, lo cual exigiría por su parte apartarse de esa aureola sólo logroñesa y ser capaz de empatizar con quienes residen en los feudos que también ansía hacer suyos José Ignacio Ceniceros y hasta ahora retiene Pedro Sanz: La Rioja de los merenderos. La Rioja encarnada ayer en esa refrescante parada que la comitiva de Gamarra protagonizó en el bar obsequiada ella y su trío de ayudantes, prensa incluida, por otra alcaldesa: la proteica Natividad García, Nati para el mundo. «Si me avisas antes», advertía a su colega de Logroño, «esto hubiera estado lleno».

Esto era la plaza de Santa Coloma, donde el equipo de megafonía desmontaba ya el micrófono. La plaza donde, mientras Gamarra pronunciaba uno de los discursos más trascendentes de su carrera política, atronaba el cláxon del camión anunciando su mercancía: pescado fresco. La plaza que fueron abandonando los periodistas a un vertiginoso ritmo que en algo recordaba, como apuntaba juicioso un asistente, ese tipo de escenas tan caras al cine: un poco de 'Bienvenido Mr. Marshall'. Y un perfume al mejor Delibes: como en su célebre 'El disputado voto del señor Cayo', los protagonistas de esta historia deberán peregrinar por el interior de La Rioja al encuentro de esos militantes tan a menudo ajenos pero que ahora resultan decisivos: el paisano que buzo en ristre arregla el tractor o el cliente del bar que ve pasar aburrido las horas ante la tele.

O alcaldesas como Nati. Es decir, ese tipo de paisanaje que, bajo la fórmula de un militante, un voto, decidirá el 1 de abril si prefiere para relevar a Sanz a esta logroñesa que lleva veintidós años afiliada al partido, según recordaba ayer; que citaba a Benedetti al sol del mediodía, con el resplandeciente San Lorenzo nevado al fondo; y que encajaba los achuchones de la alcaldesa de Santa Coloma con sentido de la profesionalidad. Sabiendo que si quiere atrapar ese sueño de liderar a su partido para luego lanzarse hacia el Gobierno de La Rioja, ese sueño tan semejante al que hace más de 200 años reunió en este rincón del Yalde a los precursores del municipalismo, habrá muchas mañanas como ésta. Ayer, Gamarra se definió como tenaz: y tenacidad necesitará para alcanzar su objetivo. Y para sobrellevar los achuchones de cada Nati de La Rioja.

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