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Ruiz Vidal pide perdón y dice que no se pudo controlar

Ruiz Vidal pide perdón y dice que no se pudo controlar

La acusación defiende la «intención de matar» y la Fiscalía mantiene que "era perfectamente consciente del valor legal de sus actos"

Luis J. Ruiz

Jueves, 2 de marzo 2017, 10:37

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La cuarta jornada del juicio a Alejandro Ruiz Vidal, acusado por apuñalar a varias personas en el año 2014 en Lérida, se ha cerrado con las palabras del riojano, que se ha mostrado arrepentido de sus actos.

Ruiz Vidal ha hablado para pedir perdón a las víctimas, a sus familias y a su propia familia. "Estoy arrepentido, no me pude controlar", ha dicho el acusado.

El abogado defensor, por su parte, ha insistido en la enfermedad mental de su defendido y ha querido reducir la carga de sus supuestos delitos. Jon Zabala ha explicado en su exposición que el incendio de su piso del que se le acusa debería ser tomado como un caso de daños y que la tentativa de asesinato tendría que pasar a ser un delito de lesiones.

Al hablar de la enfermedad mental de Ruiz Vidal, ha cargado sobre los informes forenses y psicológicos al considerar que no se realizaron correctamente. Por eso, ha pedido la inimputabilidad de su defendido y que el tribunal valore la posibilidad de ingresarle en un centro psiquiátrico para controlarle la medicación.

El debate en el juicio se ha centrado cada día más en la capacitación psíquica del acusado o su aversión hacia personas de otras razas, tema que centró la jornada de ayer miércoles, cuando los peritos del Instituto de Medicina Legal declararon que no ven dudas sobre la ideología neonazi del acusado por los apuñalamientos.

En la jornada de hoy, la Fiscalía ha sostenido la acusación de Ruiz Vidal y mantiene los 81 años de cárcel, como ya se esperaba. Para el Ministerio Fiscal, Alejandro Ruiz Vida era perfectamente consciente del valor legal de sus actos y tenía intactas sus capacidades volitivas en el momento de los hechos. Defendió que el hecho de que preparara los ataques y el incendio es incompatible con un brote psicótico, argumento que también reforzó con la huida y la actitud mantenida hasta el momento de su entrega. De igual manera defendió la imputación por asesinato en grado de tentativa porque quería matar, la agravante de alevosía por la nula capacidad de defensa de las víctimas y la de xenofobia por su pertenencia a Nueva Epoca.

Para la fiscal no es un enfermo mental sino que sufre un trastorno de personalidad. Desacreditó a los psiquiatras que atendieron al acusado en el Hospital Santa María de Lérida tras ser detenido y a los peritos de las partes para quedarse con el informe psicológico de los profesionales de los Juzgados: Sufre un trastorno de la personalidad antisocial.

Tras la Fiscalía, ha sido el turno de las conclusiones de los tres abogados de la acusación, que han coincidido en sus exposiciones y mantienen su petición de condena de 85 años y siete meses. Todos explicaron que preparó los ataques 24 horas antes, que lo tenía todo bien pensado y que eligió el cuchillo como arma porque era más mortífera y podía hacer más daño que un machete.

Además, han defendido la clara intención de matar de Ruiz Vidal y que había un motivo xenófobo y racista para hacerlo. También han explicado que los ataques fueron violentos, inesperados y sorpresivos. Han descartado cualquier síntoma de enfermedad mental en el acusado por, según han defendido, toda la preparación previa del ataque, por lo que sabía lo que hacía y las consecuencias legales de sus actos.

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