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Imagen de una de las mesas redondas de ayer del Congreso 'Wine and Health' (Vino y Salud) :: SONIA TERCERO
El vino seduce a la comunidad científica, aunque  su uso frente al cáncer sigue generando dudas

El vino seduce a la comunidad científica, aunque su uso frente al cáncer sigue generando dudas

Las últimas investigaciones intentan demostrar que su consumo moderado puede ser preventivo frente a determinados tipos de cánceres

ALBERTO GIL

Sábado, 25 de febrero 2017, 00:05

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El consumo moderado de vino, a diferencia de otros alcoholes, ha logrado el consenso casi unánime de la comunidad científica como alimento preventivo de un buen número de enfermedades. La Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (Fivin) concluyó ayer en Logroño el Congreso Internacional Wine and Heatlh (Vino y Salud) que cada cuatro años presenta, en esta ocasión por primera vez en España, los avances de la investigación mundial en este campo.

Las últimas aportaciones científicas se centran en intentar demostrar que el vino puede ser también un agente que favorece una menor incidencia de determinados cánceres, como se está probando con las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, diabetes, digestivas... Aunque la línea, en este caso, es muy 'delgada': «Se sabe fehacientemente que hay cánceres sobre los que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecerlas, por lo que hay que tener mucho cuidado cuando se habla de moderación y con cuáles son las ingestas recomendables máximas», aclaró Raúl Zamora, investigador del Instituto Catalán de Oncología. «En el caso de las enfermedades cardiovasculares -añadió-, la ventana de acción es mucho mayor porque existen claras evidencias científicas, pero ante el cáncer el margen de maniobra es mucho más reducido».

En este sentido, Zamora recordó que el 4% de los cánceres que se detectan en el mundo pueden relacionarse con el consumo de alcohol. «Hablamos de 400.000 muertes al año y de la misma forma también debemos ser conscientes de que hay más de cien tipos diferentes de cáncer con distintos factores de riesgo».

De momento, las primeras investigaciones apuntan a que el vino podría tener algún indicio preventivo en cánceres de pulmón, pero también que hay otros tipos en que, por su contenido alcohólico, no sería recomendable: «Hay cánceres de esófago, mama, cuello o hígado..., por ejemplo, en los que el alcohol es un factor de riesgo, en los que la mejor prevención es cuanto menos alcohol, mejor».

Sí, en dosis moderadas

En cualquier caso, el doctor Zamora aclara que «eso no quiere decir que no se pueda tomar vino en dosis moderadas; el consumo responsable -entre dos y tres copas diarias, más tirando a dos, para hombres y entre una y dos, más tirando a una, para las mujeres- es la clave de todo». «El vino -añade- es un alimento y, si está incluido dentro de un estilo adecuado de vida y un patrón de dieta saludable, debe ser una parte fundamental de esta última».

Fivin, que reunió en Logroño este jueves y viernes a 200 investigadores de todo el mundo, intenta demostrar, ante la presión legislativa de las administraciones sanitarias, que el vino debe ser considerado a todos los efectos un alimento y no una bebida alcohólica. «Lo es y hay que seguir investigando, pero ante el cáncer debemos ser especialmente rigurosos», concluyó el doctor Zamora.

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