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Cecilio Moreno y Manoli Vallejo, el día de la inauguración.:: l.r.
Morgabe, una ortopedia de cine

Morgabe, una ortopedia de cine

54 años después, la ortopedia de la zona de las 'Cien Tiendas' echa el cierre

África Azcona

Domingo, 12 de febrero 2017, 00:23

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1963: Morgabe inicia su andadura en Vara de Rey, 9. La atmósfera de los años 60 se deja sentir en el interior del local y, en la calle, aunque sin verla, no es difícil imaginar a los populares 'seiscientos' circunvalando el Espolón. eran años para los entusiastas y de nuevos horizontes, también en la ortopedia. La escena en torno a unos chupetes (época del 'baby boom') y el coqueto porta-guantes (los látex de la época) del fondo es como de película de la tele. Pero en este mostrador no hay trampa ni cartón, ni ellos son los Alcántara, sino Cecilio Moreno y Manoli Vallejo el día de la apertura de Ortopedia Morgabe.

El matrimonio iniciaba una historia muy real, la apertura de una tienda innovadora en lo suyo, que acabaría siendo pionera en tecnología protésica, realizada a medida con moldes de escayola. Una historia muy real, aunque, eso sí, con unos preliminares de largometraje policíaco: corría el año 1952 cuando Cecilio se trasladaba a San Sebastián para trabajar en una empresa dedicada a la importación de productos alemanes (exclusivamente) destinados a farmacias y hospitales (jeringas, termómetros, instrumental médico etc.). Estaba regentada por un comandante de las SS en la Segunda Guerra Mundial, y que, según se desveló después, regentaba el negocio como una tapadera para reclutar alemanes que llegaban a aprender español para ser destinados a continuación a América del Sur.

Pero sea como fuera aquel periodo de intrigas, aquello sirvió para que Cecilio Moreno tomara contacto con las últimas novedades y avances farmacéuticos y de otro tipo de la época y que luego vendería en primicia en Logroño. De hecho, el local de Vara de Rey empezó llamándose 'Bazar Sanitario Morgabe', porque había un poco de todo: la tienda (y el escaparate) se llenó de lo último en muletas, órtesis, prótesis y todo tipo de alivios que iba descubriendo (realizaba continuos viajes) y que luego ofrecía a los clientes que llegaban con dolor de cadera, pierna... Pero Morgabe también vendía rarezas que nunca se habían visto, como muñecas a las que les crecía el pelo. En Reyes se agotaban. Eran otros tiempos.

Pero el Morgabe más contemporáneo, el de Calvo Sotelo, el que tiene habitando en su escaparate al esqueleto más popular de la ciudad tampoco ha dejado de innovar. El establecimiento vivió por ejemplo el fenómeno de los sujetadores y bañadores para mastectomizadas, lo que permitió que muchas mujeres volvieran a ir a la playa... También en su día los (feos y después defenestrados) zapatos ortopédicos constituyeron una novedad, y las sillas de ruedas... Pero ha llegado la hora del cierre. Morgabe. Eso sí, de la tienda. Manoli (viuda de Cecilio) lo vive con pena, pero confiada en el nuevo rumbo de sus hijos en La Portalada, desde donde seguirán suministrando material a hospitales y residencias.

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