Cuentas que no salen
La Rioja tiene 1,78 cotizantes por cada pensionista, insuficiente para mantener el sistema. Si se suman el resto de pasivos (desempleados con prestación o subsidio), la ratio cae a 1,58 afiliados
María José González
Sábado, 18 de febrero 2017, 22:20
El nivel de cobertura socioeconómico de La Rioja está en déficit. Sólo teniendo en cuenta las pensiones, la ratio que arroja el sistema es de 1,78 trabajadores cotizando por su trabajo por cada persona que recibe una prestación pública. Pero si a las pensiones añadimos los pagos comprometidos a los desempleados tanto de nivel contributivo como asistencial, la relación baja a 1,58 activos por pasivo.
A la Seguridad Social no le cuadran sus cuentas en La Rioja. Hasta el 2008 registraba superávit pero en el 2009 entraron en descubierto y la deuda acumulada desde entonces (sólo teniendo en cuenta las pensiones) alcanza ya los 896,6 millones de euros, de los que 117,6 se generaron en los cuatro primeros meses del año pasado. Por fortuna, el modelo español de Seguridad Social se concibió para garantizar el principio de solidaridad interterritorial, de forma que los excedentes generados en determinadas comunidades autónomas enjugan los descubiertos del resto, entre los que se encuentra La Rioja.
Este desequilibrio financiero obedece a que La Rioja carece del suficiente número de trabajadores en activo (121.155) para mantener el modelo de pensiones públicas (67.900). La ratio se situaba al cierre del 2016 en 1,78 cotizantes por pensionista, esto es, por debajo del umbral de dos afiliados que había antes de la crisis y que le permitía a la Seguridad Social concluir los arqueos de cada ejercicio con superávit. Esto supone que para que la Seguridad Social consiguiese estabilizar su balance en La Rioja necesitaría que el número de cotizantes aumentase, al menos, el 10,1% (14.645 afiliados más en términos absolutos).
El problema no radica en exclusiva en que con el índice actual es imposible salir de los números rojos. Además, los expertos avisan de que la ratio cotizantes-pensionistas necesariamente debe ser recalculada al alza. Por varias razones. Por un lado, porque las bases de cotización de quienes hoy trabajan son más bajas que las registradas antes de la crisis, ya que a lo largo de estos años se ha producido una devaluación salarial. Además porque en el 2013 se implantó la tarifa plana a los autónomos. Su cuantía varía a lo largo de los primeros meses de actividad. Durante los seis primeros meses, por ejemplo, los nuevos autónomos sólo pagan 50 euros al mes a la Seguridad Social en lugar de los más de 265 euros que constituyen su pago mensual mínimo. De esta forma para conseguir ingresar lo que hasta hace cuatro años cotizaba uno ahora se necesitan cinco.
Y, asimismo, porque cada vez se incorpora al sistema de pensiones un número mayor de personas con carreras profesionales más largas y aportaciones más elevadas. Así, mientras la nómina media de los pensionistas que salen del sistema (defunciones) ronda los 800 euros, los que se van incorporando lo hacen con la perspectiva de cobrar algo más de 1.300 euros de media.
El impacto
Prueba del impacto de estos factores es la evolución registrada por la ratio cotizantes-pensionistas en La Rioja en los tres últimos años. Entre el 2009 y el 2013 (el ejercicio en el que anotó su registro más bajo con 1,67 cotizantes por pensionista) descendió de forma ininterrumpida.
A partir del 2014, y coincidiendo con la incipiente recuperación de la economía y del empleo, comenzó a remontar. Sin embargo, y como se puede observar en la tabla inferior que ilustra esta información, se trata de unos aumentos muy discretos y alejados de los indicadores que se computaban al inicio de la crisis.
En el conjunto del país, el promedio es 1,5 cotizantes por pensionista y la salud financiera de la Seguridad Social está en una situación muy delicada. Al punto de que el Gobierno se ha visto obligado desde el 2012 a echar mano de la 'hucha' de las pensiones (fondo de reserva), cada vez más mermado.
Este es el contexto por el que los expertos urgen a los legisladores a tomar medidas inmediatas sobre el futuro del sistema para garantizar su viabilidad. Un debate sereno pero firme que diseccione el modelo de lo general a lo particular atendiendo algunas especificidades del modelo español.
Por ejemplo, la compaginación de una pensión de viudedad con la renta de trabajo propia. Ahora, una persona que gana 3.000 euros mensuales de sueldo y enviuda tiene derecho a cobrar el 52% de la pensión de su cónyuge.
O, también, qué se hace con las prestaciones por muerte y supervivencia (viudedad, orfandad y favor familiares) que están incluidas dentro de la acción protectora de los regímenes que integran el Sistema de la Seguridad Social. Junto a ellas, pervive la pensión de viudedad del SOVI (Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez). ¿Se mantienen dentro del sistema financiadas con cotizaciones sociales o, de forma progresiva, pasan a ser costeadas por impuestos generales?
Un descubierto que va a más
Hasta que la reforma se consensue, lo innegable es que el déficit de la Seguridad Social continuará inflándose. Sólo en La Rioja, entre enero y abril del año pasado (último dato publicado) se incrementó en 117,6 millones de euros ya que frente a unos ingresos por cotizaciones de 101,9 millones hubo unos gastos en pensiones de 219,5 millones. Y eso que en el 2015, por primera vez a lo largo de toda la crisis, los fondos repercutidos a la Seguridad Social por trabajadores y empresas dejaron de caer. Hacía siete años que no lo conseguían. Fue en el 2008, cuando se ingresaron 655,8 millones de euros. A partir de ese ejercicio y hasta el 2015 todo fueron descensos que marcaron su mínimo en el 2014 con 559,3 millones. Un año después, sin embargo, las arcas de la Seguridad Social aumentaron los ingresos por cotizaciones el 7,6%.
Pero además de las pensiones, las cotizaciones sociales también se destinan a otra contingencia: el pago del desempleo ya sea en su nivel contributivo como asistencial (subsidio). En el caso de La Rioja suman 8.529 personas, lo que sitúa la relación activos-pasivos en 1,58 mientras que en el 2008 estaba en 1,82. El dato del 2016 no es el más bajo de la serie histórica: la tasa tocó suelo al cierre del 2013, uno de los años más duros del ciclo de crisis, con un promedio de 1,38 activos por cada pasivo. Desde el 2014 (1,44) ha ido recuperándose hasta situarse en 1,58 activos por pasivo.
En este caso el factor que ha influido para la recuperación de la ratio es el descenso del número de perceptores de prestaciones contributivas por desempleo, que representan el 58% del gasto en este capítulo. Entre el 2008 y el 2016, el número de beneficiarios del 'paro' bajó el 23,8% en La Rioja pasando de 6.302 a 4.805 personas. Este descenso, debido al mayor peso económico que tienen estas prestaciones, compensó el incremento registrado por las cifras de perceptores del subsidio de desempleo, que fue del 97,3% pasando de 1.785 a 3.522 beneficiarios en ese periodo.