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Uno de cada 5 alumnos de Secundaria de La Rioja ha fumado cannabis el último año

Uno de cada tres riojanos de entre 15 y 64 años reconoce haber consumido esta droga en alguna ocasión

Luis J. Ruiz

Lunes, 30 de enero 2017, 08:26

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Alrededor del cannabis se ha ido construyendo un argumentario que viene a defender, si no su inocuidad, sí el bajo riesgo de su consumo, y de manera paralela ha llevado al desarrollo de múltiples movimientos en defensa de su legalización. «Mucha gente alega que es natural», apunta desde ARAD José Luis Rabadán. Quizá de toda esa literatura derivan los resultados que arrojan los informes que elabora el Observatorio Español de las Drogas y las Toxicomanías, que concluyen que el 11 por ciento de la población riojana de entre 15 y 64 años ha consumido cannabis en el último año (solo Baleares y Cataluña 'mejoran' esa cifra). Además, 35 de cada 100 riojanos lo han probado alguna vez, uno de los porcentajes más elevados del país.

Eso son los datos que arroja la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES) que, paradójicamente, también destaca que la población riojana no se sitúa entre las más prematuras a la hora de iniciarse en su consumo (19,1 años). Solo en Castilla y León (19,5 años) es más tardío.

Inicio precoz

Pero si el análisis se centra en los estudiantes de Secundaria (encuesta ESTUDES) los resultados son más significativos. Todos los valores se disparan. En esa franja de edad, el primer consumo es a los 14,9 años; el 21,8 por ciento (unos 2.100 jóvenes) lo ha consumido alguna vez; el 19,6 (1.887) lo ha hecho en el último año; y el 13,5% (1.300) en el último mes. «Lo preocupante es que en la serie histórica, el consumo de cannabis entre los jóvenes está aumentado», matiza Rabadán, que vincula la tendencia a esa «actitud tolerante» de jóvenes y padres.

A esa permisividad y a ese repunte añade Rabadán una tercera derivada: el progresivo abandono del hachís en beneficio de la marihuana, las dos 'presentaciones' del cannabis. «La cantidad del principio activo en la marihuana es entre tres y cuatro veces superior a la del hachís», lo que aumenta los riesgos y agrava las consecuencias. «Está demostrado que afecta a la memoria, a la capacidad de concentración y al aprendizaje», abunda el responsable de ARAD, que recuerda que al consumir en edades tempranas «los daños son mucho mayores».

Pero quizá el mayor problema, reflejado por el informe ESTUDES, es el sencillo acceso a estas sustancias: el 32,4% de los jóvenes cree que es fácil o muy fácil conseguir cocaína; el 69,6%, cannabis; y el 20%, éxtasis, heroína o alucinógenos. «Cuando hay demanda, hay oferta. Sobre todo los chicos la consiguen de manera rápida», lamenta Rabadán que ve la solución en «un cambio de valores».

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