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A la izquierda, la puerta de entrada a la ermita, y a la derecha, el interior, en obras. :: D.M.A.
La tercera vida de Santa Potamia

La tercera vida de Santa Potamia

La ermita dedicada a la relatora de la vida de San Millán está siendo restaurada

Diego Marín A.

Domingo, 22 de enero 2017, 20:33

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«Estamos en un Patrimonio de la Humanidad y lo primero que veía la gente al llegar a San Millán de la Cogolla era el agujero de la ermita», confiesa la alcaldesa del municipio, Raquel Fernández Tejerina. De hecho, el boquete del tejado, ya arreglado, es el que había provocado muchos de los males que sufría la Ermita de Santa Potamia: sobre todo, humedades y grietas.

Ni siquiera tiene aspecto de ermita, parece un desvencijado granero. A su alrededor, el suelo está embarrado y hay campos sembrados y choperas. La rodean el río Cárdenas y el Camino Real que conduce a Nájera. Una motosierra que corta leña avisa de que hay vida cercana pero, a pesar de que está próxima al pueblo, junto a la ermita no hay presencia humana. La puerta está abierta. Dentro sólo hay un andamio sobre el retablo vacío pero con velas y flores de plástico, una escalera, sacos de yeso, vigas de apuntalamiento y un casco de obra.

Los arcos y la pila confirman que es una ermita. La imagen de la santa la guardaron unos vecinos del municipio, aunque ahora la poseen los frailes agustinos del monasterio. Se acaba de acometer la primera fase del plan de rehabilitación cuyo presupuesto es de 55.821 euros, del que el Gobierno de La Rioja sufraga el 73,6% y el Ayuntamiento de San Millán de la Cogolla, el resto.

Santa Potamia relató al obispo de César Augusta (Zaragoza), San Braulio, la vida de San Millán escrita en el año 630 y en la que se define el monasterio de Suso como «cantera de santos». De ella se dijo que fue una «mujer religiosísima, de santa memoria». Al morir sus maestros se retiró a la Ermita de San Jorge, se supone que situada donde ahora se encuentra la suya. Allí murió a finales del siglo VI y después sus reliquias se trasladaron a la iglesia del monasterio en 1573.

Estudio arqueológico

La ermita se encuentra entre San Millán, Berceo y Estollo, en plena Ruta Secundaria Peregrina Jacobea (Bien de Interés Cultural), y hasta hace poco estaba desvencijada. Miguel Ibáñez, experto en San Millán y profesor de Traducción en la facultad de Soria de la Universidad de Valladolid, manifiesta: «Me alegra que se haya restaurado porque era urgente y necesario», entendiendo que, aunque la ermita no tiene demasiado interés arquitectónico, sí supone un primer paso para la adecuación del entorno. En las obras de rehabilitación queda por hacer un estudio arqueológico de los alrededores y la restauración de la puerta.

«Queremos intentar que la gente pueda pasear del monasterio a la ermita, que se mueva, incentivar que se quede más tiempo en el pueblo», desea la alcaldesa de San Millán, consciente, además, de que «es una pena, es una de las ermitas más antiguas de La Rioja y se hundía». En febrero comenzará a efectuarse la segunda anualidad después de haberse renovado por completo la cubierta, recuperando la teja, saneando y consolidando los muros, y estableciendo puntos de drenaje para desaguar. Ahora quedan detalles estéticos y la carpintería de la puerta.

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