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Autobús accidentado. El vehículo de Alsa, destrozado, en la autovía A-15, rodeado de los efectivos de emergencias que acudieron para atender el siniestro. :: l.tejedor (heraldo de soria)
Tragedia después de la fiesta

Tragedia después de la fiesta

MARÍA JOSÉ LUMBRERAS

Sábado, 7 de enero 2017, 00:47

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LOS últimos sanmateos estuvieron marcados por el accidente sufrido por un autobús de la empresa Alsa que cubría la línea Logroño-Soria-Madrid. Fue una colisión por alcance contra un camión que viajaba en la misma dirección (hacia Madrid). Una joven maestra logroñesa resultó muerta y otros siete viajeros quedaron heridos graves, tres de los cuales fueron trasladados en helicóptero a los hospitales de Valladolid, Burgos y el Miguel Servet de Zaragoza con pronóstico reservado.

Los otros cuatro heridos graves quedaron ingresados en el complejo asistencial de Soria, mientras que 21 personas que viajaban en el autobús fueron atendidas también de heridas «menos graves» o leves en el hospital soriano, entre ellas el propio conductor del autocar. Así las cosas, sólo nueve de los viajeros resultaron ilesos, además del chófer del camión.

El siniestro se produjo a las 17.15 horas del día 19 en el punto kilométrico 24 de la autovía A-15, a la altura de la localidad de Adradas, entre Almazán y Medinaceli, en la provincia de Soria. El autobús salió de la estación de Logroño a las 15 horas con 47 pasajeros en dirección a Madrid, de los que cinco bajaron en la parada de Soria.

En el momento del accidente iban 45 pasajeros además del chófer, una ocupación elevada. De hecho, Alsa tuvo que reforzar el servicio en Soria con un nuevo autobús, que iba por delante cuando sucedió el accidente.

El camión, muy despacio

A medida que avanzó la investigación se supo que el camión contra el que chocó por alcance el autobús de Alsa circulaba a unos 18 kilómetros por hora a consecuencia de una avería. El conductor del vehículo articulado declaró ante la Guardia Civil que estaba perdiendo potencia y que buscaba un lugar adecuado para orillarse cuando sufrió el tremendo impacto del autocar. El testimonio coincide también con el prestado por el chófer del autobús, que manifestó haber intentado una maniobra de adelantamiento al ver que se echaba encima del camión. La zona del accidente es una línea recta con visibilidad.

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